El dióxido de carbono es responsable del 53% del nivel de calentamiento global. Es resultado de
procesos como el empleo de combustibles, la deforestación o la producción de cementos y otros
bienes. Su permanencia en la atmósfera varía, pero es muy alta en cualquier caso: el 80 % dura hasta
200 años y el 20% restante puede tardar hasta 30.000 años en desaparecer. La concentración media
diaria de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera alcanzó en abril un nivel récord de 415 partes por
millón (ppm), un valor histórico que no se alcanzaba desde hace 3 millones de años
La surgencia desplaza masas de agua fría desde las profundidades del océano hasta la superficie. Esta
agua fría es por lo general rica en nutrientes, tales como el nitrato y el fosfato, producto de la materia
en descomposición y muerta hundida en el suelo oceánico. Estos nutrientes son importantes para el
fitoplancton, productor primario de la cadena alimentaria oceánica.
Este CO2 que penetra en el agua genera, en primera instancia, ácido carbónico el cual rápidamente
entra a formar parte del complejo equilibrio ácido-base. Aunque en un agua la mayor parte del CO2
disuelto está como CO2 rodeado de moléculas de agua, parte estará en la forma de ácido carbónico, de
tal forma que cuando se habla en general de ácido carbónico se asume también la parte del gas
disuelta (CO2(aq)), a pesar de que es esta última la forma mayoritaria en la que se encuentra. Una vez
formado, el ácido carbónico se disocia parcialmente para dar bicarbonato y protones: H2CO3 HCO3 ‒ +
H+ Aunque deberíamos de decir que el CO2 disuelto, que es un ácido de Lewis, hidroliza al agua dando
protones al medio, según el proceso CO2(aq) + H2O(l) HCO3 ‒ (aq) + H+ (aq) La fuente mayoritaria de
bicarbonato en un agua natural no es este proceso, sino el proveniente del lavado de rocas calizas que
hace que parte del carbonato que contienen pase al agua, aumentando de forma natural el pH
de estas aguas, ya que hidroliza parcialmente al agua dando OH‒ , lo que lo convierte en una base
moderadamente fuerte.
La captura de GEI se hace desde de la capa superficial del mar y, por distintos mecanismos, el CO2 es
transformado en carbono orgánico o carbonato de calcio, almacenándose en aguas profundas y en los
sedimentos marinos, proceso que lleva cientos y miles de años, impidiendo que el CO2 regrese a la
atmósfera. El océano tiene un comportamiento heterogéneo La cantidad que se captura o se libera es el
resultado de la diferencia de concentración entre la atmósfera y la capa superficial del océano, hay zonas
donde la concentración de CO2 es mayor en el agua superficial que en la atmósfera En el Pacífico
ecuatorial, y las costas de Chile y Perú, siendo emisores naturales de CO2, CH4 y N2O a la atmósfera, por
lo tanto las costas chilenas y peruanas son fuentes en GEI
El caudal ecológico se ve con el proyecto de la carretera hídrica ya que esto no sigue el curso natural
que posee el ciclo del agua, es decir que el agua no llega al mar y es trasladada para ser utilizada en
otras cosas como en las centrales hidroeléctricas, las actividades agrícolas y ganaderas en las que se
necesitan esta agua alteran el curso natural de esta misma lo que provocara una sequia inminente
debido a que el agua nunca llegara al mar ni cumplirán con su ciclo, sin mencionar que el hecho de que
los ríos desemboque en el mar contribuye con nutrientes y a la preservación de la biodiversidad
costera, la geografía de estuarios y fiordos, y un funcionamiento normal de los ecosistemas a través de
la circulación de agua salobre y marina
Dentro de la biodiversidad costera se puede producir una excesiva proliferación de microalgas
(específicamente dinoflagelados) en los estuarios o el mar, las que al ser el alimento de organismos
marinos, como los moluscos bivalvos, pueden provocar daños en la salud de las personas que los
consumen, además de pérdidas económicas. Ese fenómeno es conocido como marea roja
La fragilidad y vulnerabilidad de nuestros ecosistemas es cada vez más severa y evidente. Básicamente, todas las acciones del ser
humano generan impactos en los ecosistemas. Unos de los problemas que agobian los ecosistemas costeros de Costa Rica y ha
pasado casi inadvertido por décadas, es la recolección de piedras y conchas en las playas. Esta es una práctica que a la mayoría le
parece común e inofensiva, sin embargo, esta genera serios problemas ambientales. Las conchas proporcionan carbonato de
calcio que permite mantener estable los ecosistemas, aportando alimento para algunos animales y plantas. Además, las conchas
ayudan a controlar la erosión del suelo y permite que algunas algas, plantas, esponjas marinas y otras especies, se adhieran a
estas. También, son utilizadas como casa y protección de algunas especies. Al existir menos opciones, quedan desprotegidos
contra depredadores. Entre estas especies se destaca el cangrejo ermitaño, ste utiliza las conchas como armadura.