Maura impulsó la
reforma de la
Hacienda, de la
Administración, de la
ley electoral y una
regulación del derecho
de huelga. Pero el
levantamiento de la
Semana Trágica
(1909) contra el
reclutamiento para la
Guerra de Marruecos
Canalejas formó
un gobierno
liberal, que inició
un reforzamiento
del poder civil y
una cierta
descentralización
del Estado
Los partidos
dinásticos fueron
perdiendo peso y
las fuerzas al
margen del
sistema
republicanos,
catalanistas,
socialistas y
anarquistas se
fortalecieron.
Crisis de la Restauración y dictadura
El sistema monárquico
entró en una situación crítica
desde tres ámbitos distintos:
La inestabilidad
parlamentaria: para
hecer frente a esta
situación se crearon
sucesivos gobiernos de
concentración, que
también se mostraron
incapaces de
estabilizar el sistema
político.
La conflictividad
social: hubo
movilizaciones en el
campo andaluz; en las
zonas industriales, las
protestas de los
trabajadores fueron
contrarrestadas por el
gobierno y las
organizaciones
patronales con la
creación de sindicatos
más dóciles y de
grupos armados.
La Guerra de
Marruecos: la
derrota del
ejército español
en Annual
(Marruecos)
fue el fracaso
evidente de la
política colonial.
La presunta
responsabilidad de altos
rangos militares y del
monarca en el desastre
militar propiciaron el
golpe de Estado del
general Primo de Rivera
en 1923. Se instauró así
una dictadura militar.
Falto de apoyos, en 1930,
Primo de Rivera dimitió y
Alfonso XIII nombró jefe
de gobierno al general
Berenguer, que debía
reinstaurar la legalidad
constitucional.
De la monarquía a la República
Las elecciones municipales de
abril de 1931 se presentaron como
un plebiscito entre monarquía o
república. En las grandes ciudades
y regiones industriales triunfaron
los partidos contrarios a la
monarquía, y el 14 de abril se
proclamó la República. Alfonso XIII
suspendió la potestad real y
abandonó el país hacia el exilio
Entre abril y junio de 1931 el poder estuvo en manos de un gobierno provisional integrado por
republicanos, socialistas y nacionalistas. Entre sus ac ciones, cabe destacar: una amnistía política,
leyes sociales, la Generalidad provisional de Cataluña y la convocatoria de elecciones a Cortes
Constituyentes
Los principios de la nueva
Constitución fueron: –
Reconocimiento de algunos
gobiernos autónomos. –
Consolidación de la democracia
(sufragio universal). –
Aconfesionalidad del Estado. –
Derechos individuales y amplias
libertades públicas.
El Bienio Reformista
Reformas:
– Reforma del ejército: se redujeron
los oficiales (ley de retiros); y se
sustituyeron los mandos
considerados contrarios a la
República. – Reforma religiosa y
educativa: se intentó disminuir la
influencia de la Iglesia y se promovió
una educación pública laica. –
Reforma territorial: se inició la
descentralización del Estado
abriendo diversos procesos
autonómicos. – Reforma agraria: se
intentó poner fin al problema del
latifundismo y del paro de los
jormaleros, e incrementar la
capacidad adquisitiva de los
campesinos.
Pero estas reformas no
satisficieron a casi nadie:
los sectores
conservadores se
opusieron a ellas, e incluso
promovieron el golpe de
Estado del general
Sanjurjo, y los sectores
obreristas y campesinos
se radicalizaron ante la
lentitud de algunos
cambios (levantamiento
de Casas Viejas
El Bienio conservador y el Frente Popular (1933-1936)
Los gobiernos de derechas
El gobierno reformista entró
en crisis debido a la represión
de Casas Viejas, y tuvo que
convocar elecciones en
noviembre de 1933, que ganaron
los partidos de derecha y de
centro. El nuevo gobierno
presidido por Alejandro Lerroux,
del Partido Radical, inició un
desmantelamiento de las
medidas políticas anteriores, lo
cual provocó una mayor
radicalización de las izquierdas.
Las revueltas de 1934
La entrada de tres ministros
de la CEDA al gobierno llevó a
las revueltas de Asturias y
Cataluña, en 1934, que fueron
duramente reprimidas.
El frente popular 1936
Ante las dificultades de la
coalición gubernamental
(Partido Radical y CEDA), se
convocaron nuevas elecciones
en febrero de 1936: la derecha
se presentó unida en
diferentes coaliciones y la
izquierda se agrupó en el
Frente Popular, que triunfó, y
Azaña fue nombrado nuevo
presidente.
La reparación del golpe de Estado
Se desencadenó un clima de violencia
social entre derechas e izquierdas que
fue el pretexto alegado por las fuerzas
conservadoras para acelerar los planes
golpistas y acabar con la República.
El estallido de la Guerra Civil
Del golpe de estado a la Guerra Civil
En julio de 1936, un sector importante del
ejército protagonizó un golpe de Estado, al
que se unieron las organizaciones políticas
antirrepublicanas (falangistas,
tradicionalistas, monárquicos...). Los
sublevados tomaron los órganos de
gobierno de algunas ciudades y
constituyeron juntas militares para
“restablecer el orden” y acabar con el Frente
Popular. Pero el gobierno republicano pudo
sofocar el levantamiento en zonas
estratégicas. Ante el clamor popular, se
decidió entregar armas a las milicias de
sindicatos y partidos. España quedó dividida
en dos zonas, lo cual desencadenó la Guerra
Civil: el alzamiento triunfó en las regiones
agrícolas y de orientación política
conservadora, y fracasó en las grandes
ciudades y las principales regiones
industriales y obreras.
Causas
la internacionización el conflicto
La guerra tomó una dimensión
internacional: – El sector sublevado
fue apoyado por Alemania e Italia y,
en menor medida, también por
Portugal. – La República contó con el
respaldo de la URSS y las Brigadas
Internacionales (voluntarios de
diversos países). – Las democracias
europeas (Francia y Gran Bretaña)
impulsaron una política de
neutralidad (Comité de No
Intervención) para no agravar la
tensión europea.
Las dos zonas enfrentadas
La zono republicana revolución social
En el bando republicano pervivieron dos
posiciones: – Los sectores republicanos y
parte de los socialistas y comunistas, que
planteaban, ante todo, organizar el Estado
para ganar la guerra. – Los sectores
anarquistas y trotskistas, que eran
partidarios de la revolución y primaban las
colectivizaciones y el anticlericalismo. Pero
a partir del enfrentamiento armado entre
las fuerzas republicanas (Sucesos de Mayo
de 1937), y de la formación del gobierno de
Juan Negrín (con fuerte influencia
comunista), se impusieron los que
defendían la tesis de organizarse para
vencer.
la zona sublebada dictadura militar
En la zona sublevada se articuló un nuevo Estado,
bajo la figura del general Franco, que tomó muchos
aspectos del fascismo: partido único, obediencia ciega
al “Jefe”, desprecio a la democracia, exaltación de la
violencia e ideología ultraconservadora. Además, en
las zonas ocupadas por los sublevados se
desmanteló la legalidad republicana y se inició una
represión sistemática contra todo tipo de oposición.
La evolución bélica (1936-1939)
El desarrollo del conflicto
El avance hacia Madrid
(noviembre de 1936): las tropas
sublevadas intentaron tomar
Madrid sin éxito.
La Batalla del Norte (abril-octubre de
1937): el ejército franquista ocupó
Bilbao, Santander y Asturias, y la
aviación alemana bombardeó Guernica.
La Batalla del Ebro
(julio-noviembre de 1938):
las tropas sublevadas
avanzaron hasta aislar
Cataluña. El gobierno
concentró todas sus
fuerzas en el Ebro, pero,
tras duros combates, los
republicanos tuvieron que
replegarse.
El final de la guerra
(febrero-abril de 1939): sólo
resistían Madrid y la zona
centro. Un golpe de Estado
creó una junta en Madrid,
que intentó sin éxito
negociar con Franco. La
guerra finalizó el 1 de abril
Consecuencias de la GUerra
– Más de medio millón de
españoles murieron. A esta
cifra hay que añadir unas
470000 personas que se
exiliaron a Francia, América
Latina y la URSS. Miles de ellos
participaron en la resistencia. –
La imposición de una dictadura
militar que puso fin a la
tradición liberal y
parlamentaria del siglo XIX. –
La ruptura de la convivencia
entre vencedores y vencidos.