Apple: involucró a sus clientes (o potenciales
clientes) en la mejora de su proceso productivo.
Nike: en 2006 (que pasó del 47% al 57% de market share) con
Nike+. No se trataba solamente de obtener un feedback por parte
del usuario, sino escuchar desde el primer momento qué y cómo lo
quería.
Lays propuso a sus clientes (mediante diferentes
medios de comunicación) que decidieran el sabor de las
patatas de su próximo lanzamiento, ofreciendo
recompensas muy sabrosas, nunca mejor dicho.
La petrolera BP: Tras el accidente del Golfo de México planteó
una iniciativa de crowdsourcing para recopilar posibles
soluciones. Recibió más de 120.000 aportaciones. El problema
es que aquellos que colaboraron con sus ideas no se sintieron
tenidos en cuenta. ¿Conclusión? Hay que tener cuidado con la
gestión de la iniciativa.
InnoCentive: Es uno de los portales más
conocidos dedicados a crowdsourcing.
Doritos: En 2006, los fans de Doritos diseñaron sus propios
anuncios para tener la oportunidad de ganar un viaje para ir a
ver el partido, 25.000 dólares (unos 20.000 euros) en efectivo y
ser uno de los anuncios de la Super Bowl. No es la única
iniciativa de crowdsourcing como campaña publicitaria, pero sí
una de las más reconocidas, y sigue vigente, dado su éxito. Este
es el anuncio ganador en 2013.