Este tipo de aprendizaje, que tiende menos a la adquisición de
conocimientos clasificados y codificados que al dominio de los
instrumentos mismos del saber, puede considerarse a la vez medio y
finalidad de la vida humana.
Consiste para cada persona en aprender a
comprender el mundo que la rodea,
desarrollar sus capacidades profesionales
y comunicarse con los demás.
Fin: su justificación es el placer de
comprender, de conocer, de
descubrir.
Supone:
Aprender a aprender,
ejercitanto la atención, la memoria y el
pensamiento.
El ejercicio del pensamiento, en el que el niño es
iniciado primero por sus padres y más tarde por
sus maestros, debe entrañar una articulación
entre lo concreto y lo abstracto. Asimismo,
convendría combinar tanto en la enseñanza
como en la investigación los dos métodos, el
deductivo y el inductivo, a menudo presentados
como opuestos. Según las disciplinas que se
enseñen, uno resultará más pertinente que el
otro, pero en la mayoría de los casos la
concatenación del pensamiento requiere
combinar ambos
El ejercicio de la memoria es un antídoto necesario contra la invasión de
las informaciones instantáneas que difunden los medios de
comunicación: Hay que ser selectivos en la elección de los datos que
aprenderemos «de memoria», pero debe cultivarse con esmero la
facultad intrínsecamente humana de memorización asociativa,
irreductible a un automatismo
El ejercicio de la atención. Desde la infancia, sobre todo en las sociedades
dominadas por la imagen televisiva, el joven debe aprender a concentrar su
atención en las cosas y las personas. La vertiginosa sucesión de informaciones
en los medios de comunicación y el frecuente cambio de canal de televisión
atentan contra el proceso de descubrimiento, que requiere una permanencia y
una profundización de la información captada.
El proceso de adquisición del conocimiento no concluye nunca y puede
nutrirse de todo tipo de experiencias. En ese sentido, se entrelaza de
manera creciente con la experiencia del trabajo, a medida que éste pierde
su aspecto rutinario. Puede considerarse que la enseñanza básica tiene
éxito si aporta el impulso y las bases que permitirán seguir aprendiendo
durante toda la vida, no sólo en el empleo, sino también al margen de él.
APRENDER A HACER
Aprender a conocer y aprender a
hacer son, en gran medida,
indisociables
Esta vinculado a la cuestión
de la formación profesional:
De la noción de calificación a la de competencia El
dominio de las dimensiones cognitiva e informativa en
los sistemas de producción industrial vuelve algo
caduca la noción de calificación profesional, entre
otros en el caso de los operarios y los técnicos, y tiende
a privilegiar la de competencia personal
La «desmaterialización» del trabajo y las actividades de servicios en el
sector asalariado. Las repercusiones de la «desmaterialización» de las
economías avanzadas en el aprendizaje se ponen de manifiesto
inmediatamente al observar la evolución cuantitativa y cualitativa de los
servicios, categoría muy diversificada que se define, sobre todo por
exclusión, como aquella que agrupa actividades que no son ni industriales
ni agrícolas y que, a pesar de su diversidad, tienen en común el hecho de
no producir ningún bien material.
El trabajo en la economía no
estructurada. En las economías en
desarrollo en que la actividad
asalariada no predomina, el trabajo es
de naturaleza muy distinta
APRENDER A VIVIR JUNTOS;
APRENDER A VIVIR CON LOS DEMAS
La historia humana siempre ha sido conflictiva, pero hay
elementos nuevos que acentúan el riesgo, en particular el
extraordinario potencial de autodestrucción que la humanidad
misma ha creado durante el siglo xx. A través de los medios de
comunicación, la opinión pública se convierte en observadora
impotente, y hasta en rehén, de quienes generan o mantienen
vivos los conflictos
La idea de enseñar la no violencia en la escuela
es una tarea ardua, ya que, como es natural, los
seres humanos tienden avalorar en exceso sus
cualidades y las del grupo al que pertenecen y a
alimentar prejuicios desfavorables hacia los
demás
La educación dos
orientaciones
complementarias.
El descubrimiento del otro.La educación tiene una doble misión: enseñar la diversidad de la especie
humana y contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre todos los
seres humanos. La educación tiene una doble misión: enseñar la diversidad de la especie humana y
contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre todos los seres
humanos. El descubrimiento del otro pasa forzosamente por el conocimiento de uno mismo; por
consiguiente, para desarrollar en el niño y el adolescente una visión cabal del mundo, la educación, tanto
si la imparte la familia como si la imparte la comunidad o la escuela, primero debe hacerle descubrir
quién es.
Tender hacia objetivos comunes. Cuando se trabaja
mancomunadamente en proyectos motivadores que
permiten escapar a la rutina, disminuyen y a veces hasta
desaparecen las diferencias -e incluso los conflictos- entre
los individuos. Esos proyectos que permiten superar los
hábitos individuales y valorizan los puntos de convergencia
por encima de los aspectos que separan dan origen a un
nuevo modo de identificación. La educación escolar debe
reservar tiempo y ocasiones suficientes para iniciar desde
muy temprano a los jóvenes en proyectos cooperativos, en
el marco de actividades deportivas y culturales y mediante
su participación en actividades sociales: renovación de
barrios, ayuda a los más desfavorecidos, acción humanitaria,
servicios de solidaridad entre las generaciones, etc.
APRENDER A SER
Dotar a cada cual de fuerzas y puntos de referencia intelectuales
permanentes que le permitan comprender el mundo que le rodea y
comportarse como un elemento responsable y justo
El desarrollo tiene por objeto el
despliegue completo del hombre en
toda su riqueza y en la complejidad
de sus expresiones y de sus
compromisos; individuo, miembro
de una familia y de una colectividad,
ciudadano y productor, inventor de
técnicas y creador de sueños
Aprender a ser para que florezca mejor la propia
personalidad y se esté en condiciones de obrar con
creciente capacidad de autonomía, de juicio y de
responsabilidad personal. Con tal fin, no
menospreciar en la educación ninguna de las
posibilidades de cada individuo: memoria,
razonamiento, sentido estético, capacidades
físicas, aptitudes para comunicar