El alumnado gana
autonomía. Organiza
su aprendizaje. Se
prepara para
aprender por si
mismo en otros
contextos.
Fomenta
principalmente el
desarrollo de
entornos de
aprendizaje
cooperativo y, en
menor medida
individualistas y
competitivos.
Facilitan el
desarrollo de
habilidades
cognitivas de orden
superior (análisis de
información,
pensamiento crítico,
creatividad…).
Inconvenientes
El tiempo dedicado a
preparar un proyecto es
mucho mayor que el
empleado en organizar
una clase tradicional.
También aumenta el
tiempo dedicado a la
evaluación.
Nuestro
alumnado no
está habituado a
esta
metodología.
Puede surgir
inseguridad ante
lo “desconocido”.
El control del
aula es difícil. El
docente debe
acostrumbrarse
a cierto grado
de
incertidumbre.
Enseñanza
directa
Ventajas
Los docentes
aprendimos de
esta manera,
por lo que nos
sentimos mucho
más cómodos
empleando esta
metodología.
Las clases pueden
replicarse (salvo
pequeños cambios) de un
año a otro, facilitando
enormemente el trabajo
del profesor.
Nuestro
alumnado está
acostumbrado
a esta
metodología,
por lo que se
siente cómodo
y seguro. Sabe
a qué atenerse.
Inconvenientes
Sólo se evalúan
contenidos (y
prácticamente es
lo único que se
enseña).
Los aprendizajes
son poco
significativos.
Fomenta un
aprendizaje
memorístico.
Impide el desarrollo de la
autonomía del alumnado. Los
educandos se acostumbran a
depender del docente. No
desarrollan habilidades de
búsqueda, juicio crítico o
elaboración de información.