Lluvia ácida es el término con el
que se conoce a cualquier
precipitación, como lluvia, nieve,
granizo, o niebla, en la que el
agua tiene un pH inferior a 5,6.
La lluvia natural es
ligeramente ácida, con un pH
de 5,6.
En muchas partes del mundo,
la lluvia se ha vuelto
considerablemente más ácida.
Los valores del pH de la
lluvia han descendido
hasta cerca de 4-4,5.
Se han medido valores de pH en
la lluvia de hasta 2,6, una acidez
comparable al zumo de limón o al
vinagre.
Debido a que el cálculo del pH
supone potencias de 10, una
lluvia con un pH de 2,6 sería
unas 1000 veces más ácida que
la lluvia normal.
Las impurezas de azufre se
combinan con el oxígeno en el
aire para formar S02 y S03.
La reacción del S03 con agua
forma ácido sulfúrico, H^O*, un
ácido fuerte.
Al ser emitido a la atmósfera, el óxido de
nitrógeno se combina con más oxígeno para
formar dióxido de nitrógeno, responsable del
color marrón del esmog.
Cuando el dióxido de nitrógeno se
disuelve en agua en la atmósfera, se
forma ácido nítrico, un ácido fuerte.
La lluvia ácida está cambiando
el pH de muchos lagos y ríos en
diversos lugares.
La lluvia ácida destruye la capa de
cera protectora de las hojas e
interfiere en la fotosíntesis.
ejemplos
Cuando el terreno cercano al lago se vuelve más ácido, el aluminio se vuelve más
soluble y el consecuente aumento de los niveles de iones aluminio en los lagos resulta
tóxico para los peces y animales acuáticos.
El crecimiento de los árboles se ve perjudicado a causa de que los nutrientes y
minerales del suelo se disuelven y se pierden con el agua.