una figura del cambio y de la transitoriedad, de la desregulación y liberalización
de los mercados. La metáfora de la liquidez intenta también dar cuenta de la
precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista y privatizada,
marcada por el carácter transitorio y volátil de sus relaciones.
Explora cuáles son los atributos de la sociedad
capitalista que han permanecido en el tiempo y cuáles
las características que han cambiado. El autor busca
remarcar los trazos que eran levemente visibles en las
etapas tempranas de la acumulación pero que se
vuelven centrales en la fase tardía de la modernidad.
Hemos pasado a tener que diseñar nuestra vida como proyecto y performance. Mas allá de ello, del
proyecto, todo sólo es un espejismo. La cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de
futuro, deshace el sentido de la carrera profesional y de la experiencia acumulada.
El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, siendo su mejor
expresión el vínculo sin cara que ofrece la Web. Las Instituciones no son ya anclas
de las existencias personales. En decadencia el Estado de bienestar y sin relatos
colectivos que otorguen sentido a la historia y a las vidas individuales, surfeamos
en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante
“El otro” tipificado como extraño por desconocido es un
portador innato de incertidumbre, de potencial peligro,
siendo, tal vez, su mayor amenaza, el atentar contra la
clasificación misma que sostiene el orden del espacio
social en el que se inscribe mi mundo
implacable del orden al que ingresa desde
tierras ignotas, ha sido a menudo tipificado con el estigma de ser portador de
suciedad, puesto que la suciedad es el caos contaminante que el orden
existente pretende expulsar, o bien, portador de ambivalencia, puesto que
ésta los hace irregulares e impredecibles en sus reacciones
Es el caso de los marginados sociales que, como una categoría o tipificación de una clase
de extraño contemporáneo, reciben sobre sí los rasgos sobresalientes de la ambivalencia y
la suciedad: a ellos se les atribuye la falta de confiabilidad por lo errático de su rumbo, su
laxa moralidad y promiscua sexualidad
La modernidad líquida es un tiempo sin certezas. Sus sujetos, que lucharon durante la Ilustración
por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la
obligación de ser libres
La incertidumbre en que vivimos se corresponde a transformaciones como el debilitamiento de los
sistemas de seguridad que protegían al individuo y la renuncia a la planificación de largo plazo: el
olvido y el desarraigo afectivo se presentan como condición del éxito. Esta nueva (in)sensibilidad
exige a los individuos flexibilidad
¿Quién soy? Esta pregunta sólo puede responderse hoy de un modo
delirante, pero no por el extravío de la gente, sino por la divagación
infantil de los grandes intelectuales. Para Bauman la identidad en esta
sociedad de consumo se recicla