Con el tiempo, su salud mental puede cambiar. Por ejemplo, puede estar enfrentando una situación
difícil, como tratar de controlar una enfermedad crónica, cuidar a un pariente enfermo o tener
problemas de dinero. La situación puede agotarle y abrumar su capacidad de lidiar con ella. Esto
puede empeorar su salud mental. Por otro lado, recibir terapia puede mejorarla.