Los procesos peligrosos son elementos concretos,
fácticos, detectables por los órganos de los sentidos
y suscepetibles de ser valorados con instrumentos
(dosímetros, bombas, luxómetros, etc.)
peligros de seguridad (por ejemplo, una
demarcación inadecuada para el paso del
montacargas en un almacén o cableado mal
canalizado en una oficina
peligros higiénicos (por ejemplo, ruido que
sobrepase 85 dB(A) de Leq en 8 horas en un
almacén o iluminación inadecuada en una
oficina)
peligros por carencia de ergonomía o
disergonómicos (por ejemplo,
levantamiento inadecuado de peso en un
almacén o diseño inadecuado del puesto
de trabajo en una oficina).
Tipos de riesgo (y por ende
procesos peligrosos)
Físicos: ruido, estrés térmico, iluminación inadecuada,
radiaciones ionizantes y no ionizantes, presión
(disbáricos) y otros.
Químicos: por químicos que pueden ser asfixiantes,
irritantes, cancerígenos, mutagénicos, teratogénicos y
otros.
Biológicos: por productos derivados del cuerpo humano
(sangre, orina, heces, saliva y otros), por animales,
microorganismos en el ambiente y otros.
Disergonómicos y psicosociales: por condiciones
inadecuadas en cuanto a carga postural, metabólica,
mental, levantamiento de carga, organizacionales y
otras.
Mapa de Riesgo
El mapa de riesgos es un instrumento, que
mediante relevamiento y representación de riesgos
y agentes contaminantes, permite localizar los
factores nocivos en un espacio de trabajo
determinado.
Objetivos
Implementar planes y programas de
prevención, en función de las prioridades
observadas.
Permitir una identificación, análisis y
seguimiento periódico de los riesgos
mediante la implementación de sistemas
de control de gestión de prevención
participativos.
Evaluar la eficacia de las intervenciones
preventivas que se adoptan desde la
gestión empresarial
Mejorar las condiciones de trabajo a través
de la participación de los trabajadores y sus
representantes.