La iglesia ve en el hombre la imagen viva de Dios mismo para recordar su
plena razón de ser en el misterio de Cristo.
Con este hombre se ha unido la encarnación
de Cristo y la iglesia reconoce esta unión
como tarea principal de renovarlo
continuamente.
La iglesia jamas permitira que la dignidad
humana sea violada.
La sociedad humana es
objeto de enseñanza social
de la iglesia.
El hombre representa
el corazón y el alma de
la enseñanza social
católica.
Toda doctrina social se desarrolla a
partir de de que no se puede violar
la dignidad humana.
La persona humana
Criatura a imagen de Dios
El mensaje fundamental de las
sagradas escrituras anuncia que la
persona humana es criatura de Dios.
El hombre posee una relación con Dios
que no llega si no que ya viene por defecto.
La relación entre Dios y el
hombre se refleja en la
dimensión racional y social de
la naturaleza humana.
EL hombre por naturaleza es
un ser sociable con los demás,
ante todo como custodiosde sus
vidas.
El drama del pecado
La admirable creación del hombre no se puede
separar del dramático cuadro del pecado.
Por medio de las sagradas escrituras
sabemos que el primer hombre en
cometer pecado es adán, quien nos deja
como herencia el pecado original que
cada persona llevara a su cargo desde el
nacimiento.
El pecado viene desde el original
que fue dejado como herencia
por sus progenitores hasta el que
uno comente cuando abusamos
de nuestra propia libertad.
El pecado deja una doble herida, la que
nosotros abrimos por nuestros propios
actos y la que deja la relacion con el
projimo.
Pecado personal
El pecado personal es el que nosotros
cometemos diariamente ya sea por
acción u omisión.
Pecado social
El pecado social es cuando pasas
por encima de la dignidad de tu
prójimo, los pecados personales se
pueden tomar en cuenta como
pecados sociales tambien.
Universalidad del pecado y de
la salvacion
Esta doctrina induce al
hombre a no permanecer en
la culpa y a no actuar a la
ligera.
La realidad del cristianismo nos hace
conciencia del efecto del pecado pero
a la luz de la esperanza.
La persona humana y sus múltiples dimensiones
La unidad de la
persona
El hombre ha sido creado por Dios
como unidad de alma y cuerpo.
El hombre tiene dos características, es un ser material,
vinculado a este mundo mediante su cuerpo, y un ser
espiritual, abierto a la trascendencia
La unidad del alma y del cuerpo es
tan profunda que se debe considerar
al alma como la forma del cuerpo.
Abierta a la trascendencia
La persona humana pertenece la apertura a
la trascendencia: el hombre está abierto al
infinito y a todos los seres creados
La libertad de la persona
La libertad no se opone a la
dependencia natural del hombre
respecto a Dios.
El recto ejercicio de la libertad personal exige unas
determinadas condiciones de orden económico, social,
jurídico, político y cultural.
La igual dignidad de todas las personas
Sólo el reconocimiento de la dignidad humana hace
posible el crecimiento común y personal de todos
Sólo gracias a la dualidad de lo masculino y lo
femenino se realiza plenamente lo humano.
La sociabilidad humana
La naturaleza del hombre se manifiesta, en efecto,
como naturaleza de un ser que responde a sus propias
necesidades sobre la base de una subjetividad relacional
Esta característica relacional adquiere, a la luz de la fe, un sentido más
profundo y estable creada a imagen y semejanza de Dios.
La sociabilidad humana no es uniforme, sino
que reviste múltiples expresiones.
Los derechos humanos
El Magisterio de la Iglesia no ha dejado de evaluar
positivamente la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre
El fundamento natural de los derechos humanos se solidifica cuando se
asume por jesucristo mediante su encarnación, muerte y resurrección.
Estos derechos son universales e inviolables y no pueden renunciarse
por ningún concepto
Universales, porque están presentes en todos
los seres humanos, sin excepción alguna de
tiempo, de lugar o de sujeto
Inviolables porque sería vano proclamar los derechos, si al
mismo tiempo no se realizase todo esfuerzo para que sea
debidamente asegurado su respeto por parte de todos, en
todas partes y con referencia a quien sea.
Inalienables, porque nadie puede privar legítimamente de
estos derechos a uno sólo de sus semejantes, sea quien sea,
porque sería ir contra su propia naturaleza.
Inseparablemente unido al tema de los
derechos se encuentra el relativo a los
deberes del hombre
Los derechos de las Naciones no son sino los derechos
humanos considerados a este específico nivel de la vida
comunitaria
La Nación tiene un derecho fundamental a la existencia a la
propia lengua y cultura