Frecuentemente mencionada pero marginal en la historiografía académica generalista, la
masonería, desde la década de 1960, ha atraído la atención de los historiadores y sociólogos
franceses, intrigados por este espacio de sociabilidad democrática donde vieron uno de los
laboratorios culturales de la modernidad occidental. Entre los años 1970-1980, los historiadores
británicos, italianos, españoles, alemanes y estadounidenses reforzaron esta dinámica que, desde
2000-2010, se ha afianzado en América Latina.