es una subespecie de mamífero carnívoro
de la familia Felidae. El gato está en
convivencia cercana al ser humano desde
hace unos 9500 años.
Hay docenas de razas,
algunas sin pelo o incluso sin
cola, como resultado de
mutaciones genéticas, y
existen en una amplia
variedad de colores. Son
depredadores por naturaleza,
siendo sus posibles presas
más de cien especies
diferentes de animales para
alimentarse. Son capaces de
asimilar algunos conceptos, y
ciertos ejemplares han sido
entrenados para manipular
mecanismos simples.
Se comunican con gemidos,
gruñidos y alrededor de un
centenar de diferentes
vocalizaciones, además del lenguaje
corporal.
los gatos ven a los humanos como a un sustituto de sus madres, viviendo una
especie de prolongación durante su madurez de la época en la que son
cachorros.
Al contrario de lo que se suele suponer, en estado salvaje el gato es
un animal muy social, que llega a establecer colonias más o menos
jerarquizadas. Es un animal cazador y los machos marcan el territorio
orinando.
Generalmente pesan entre 2,5 y 7 kg; sin
embargo, algunas razas como el Ragdoll y el
Maine Coon pueden exceder los 11,3 kilogramos.
Generalmente pesan entre 2,5 y 7 kg; sin embargo, algunas razas
como el Ragdoll y el Maine Coon pueden exceder los 11,3 kilogramos.
evidencias genéticas recientes señalan que los
gatos domésticos actuales comparten una
procedencia directa con los gatos salvajes de
Oriente Medio.
Mitología
No se sabe exactamente cuál fue la primera cultura en
domesticarlos, aunque siempre se ha asociado su
domesticación a los egipcios, los asirios o alguna
cultura predecesora a partir del gato salvaje africano.7
Se han descubierto restos de domesticación de F.
silvestris en Chipre que datan de hace 9500 años. Se
cree que los egipcios empezaron a domesticarlos en
torno al año 4000 a. C. para mantener a las ratas y
ratones fuera de sus graneros. Para los egipcios eran
animales sagrados y, como tales, el castigo por matar a
uno de estos era la muerte. La diosa Bastet era
representada con cabeza de gato. Cuando uno moría, a
veces se le momificaba.
Durante la Edad Media, se pensaba que
eran familiares de las brujas.
En el Tíbet se los considera desde tiempos inmemoriales
guardianes de reliquias y templos. Animal
sagrado, venerado y a veces mimado excesivamente, en el
seno del budismo tibetano se le considera acompañante en
el tránsito obituario, y, en los sueños lúcidos, el
subconsciente del que sueña (o viaja) es representado por
un gato gigante, obeso, mudo y bonachón.