Vivimos una nueva revolución industrial y el mundo es su escenario:
Por un lado, el nuevo modelo desplaza mano de obra al reemplazarla
por procesos cibernéticos. Máquinas, instalaciones fabriles y
trabajadores quedan rezagados por la obsolescencia tecnológica
Otra de las características del mercado de trabajo es
que está compuesta por dos profesionales, donde
ambos miembros buscan una ocupación rentada.
Se produce un aumento de la Población
Económicamente Activa, o sea, cantidad de personas
ocupadas, desocupadas que buscan empleo y la
incorporación de la mujer al mundo laboral.
Los matrimonios jóvenes se aseguran mediante el
empleo de ambos, una continuidad en cierto nivel de
ingresos, en la idea de que son menores las
probabilidades de que ambos queden desempleados
simultáneamente.
Ésta realidad es la que enfrentan los trabajadores en general, lo que supone ciertas expectativas para cada uno de ellos:
Quien está ocupando la misma
posición, con iguales
responsabilidades, durante un
determinado espacio del tiempo,
debe comenzar a buscar un nuevo
empleo o posición que le permita
adquirir mayores experiencias.
Cualquier trabajador
joven, se debería
calcular que más de
un 10% de sus
próximos años como
empleado estará
desocupado.
Trabajar en forma
independiente aparece
como una forma más
estable. El trabajo en
relación de dependencia
aparece como menos
estable.
La inestabilidad de
ingresos en la
actividad
independiente puede
ser alta, mientras
que en la actividad
dependiente hay
mayor uniformidad
de ingresos.
El trabajo en forma
independiente le
permite adquirir
constantemente nuevas
experiencias.
La pérdida de
empleo, en la
mayoría de los casos
no se vincula a un
mal desempeño, sino
a la compra de la
empresa por otros
accionistas.