Jones, Thornton Langrall, y Mogill (1996) analizaron
la habilidad para identificar el espacio muestral de
situaciones aleatorias en niños de 8 y 9 años,
observando que alrededor del 40% de éstos no
consideraba que todos los resultados del espacio
muestral se pueden dar realmente en un
experimento aleatorio simple.
Amir y Williams (1999) estudian
la influencia de los factores
culturales, creencias religiosas o
actitudes fatalistas en las
heurísticas, sesgos y intuiciones
probabilísticas, entrevistando
para ello a 38 estudiantes de 11
y 12 años pertenecientes a
distintas razas y diferentes
contextos culturales y religiosos.
Cañizares, Batanero, Serrano y Ortiz (1999) analizan
las concepciones sobre juego equitativo en niños de
10 y 14 años, para ampliar y profundizar los
resultados obtenidos en estudios anteriores
(Cañizares, Batanero, Serrano y Ortiz, 1997;
Cañizares y Batanero, 1998).
Aspinwall y Tarr (2001) realizan
un estudio sobre el efecto de
un programa de instrucción
cuyo objetivo es facilitar la
comprensión de la ley de los
grandes números en 23
estudiantes de 6o grado.
Polaki (2002) comparó
la comprensión de la
probabilidad en dos
grupos de 12 niños de
4o y 5o grado de
educación primaria
que recibieron
instrucción sobre el
tema pero con
metodologías
diferentes.