Se puede suponer que los primeros seres humanos en Colombia vinieron de la
migración de pueblos nativos americanos que, habiendo cruzado desde Asia, se
expandieron a través de Norte y Suramérica. Probablemente, primero encontraron el
actual departamento del Chocó, un área caliente y cubierta de bosques tropicales,
con una de las mayores precipitaciones anuales de lluvia del mundo. No era el lugar
más atractivo para asentarse, pero llegó a ser habitado permanentemente por grupos
que hicieron las adaptaciones necesarias al medio ambiente
La primera evidencia clara de actividad humana consiste en algunos trozos de
piedra tallada encontrados en El Abra, un lugar de la Sabana de Bogotá. La fecha
que se ha determinado para las piedras es anterior al año 10.000 a.C. La cultura
más temprana de la que han quedado restos monumentales se desarrolló en el
Alto Magdalena.
Los pueblos indígenas que habitaron la esquina noroccidental de América del Sur
pertenecían diversamente a los grupos Caribe, Arawak, Chibcha y otros
La familia Chibcha se extendía hasta Centroamérica y, en algunos reductos, hacia
Ecuador. La gran mayoría pertenecían a esta familia principalmente porque tenían en
común lenguas similares puesto que se diferenciaban en otras actividades. El término
Chibcha es principalmente una designación lingüística.
Los dos más notables pueblos de la Colombia precolombina hacían parte de esta familia: los Taironas y
los Muiscas.
Los Taironas son los únicos que parecen haber logrado algo similar a una civilización
urbana. Son el pueblo amerindio más sobresaliente entre los precursores de la
Colombia moderna. Sin embargo, Una vez conquistados por los españoles, los
Taironas fueron olvidados y no figuraron demasiado en las discusiones sobre
antigüedades colombianas
Vivieron principalmente en las laderas bajas (menos de 1.000 m sobre el nivel del mar), de
la Sierra Nevada de Santa Marta. Estaban alejados de otros centros principales de
civilización indígena y las fronteras naturales limitaron su crecimiento demográfico
Se evidencia su carácter urbano con el descubrimiento de Buritaca 200 -Ciudad perdida- en los años 70, ya que habían
trabajos de ingeniería exclusivos como carreteras y puentes hechos con losas de piedra, terrazas para cultivos en las
laderas y construcción generalizada de plataformas de nivelación sobre las cuales se erguían viviendas y otros edificios.
Los Muiscas progresaron más en la dirección de la consolidación política y
territorial en vísperas de la llegada de la conquista española. Fueron sobretodo
agricultores. No igualaron a los Taironas en sus habilidades técnicas ni en su
sofisticación artística, pero fueron mucho más numerosos (cerca de 600.000) , la
más grande concentración de americanos nativos localizada gaográficamente
entre el Imperio Inca en el sur y la civilización Maya en América Central)
Formaron la más grande concentración de americanos nativos localizada geográficamente entre el Imperio Inca
en el sur y la civilización Maya en América Central
La tierra de sus asentamientos era fértil y bien irrigada, y los montes más altos que rodeaban los territorios muiscas les ofrecían
protección frente a pueblos guerreros. No se destacaron en ingeniería como los Taironas.
Vivían en viviendas unifamiliares esparcidas por los campos, y no solamente sus casas sino también sus «palacios» y templos estaban
hechos de caña, madera, barro y otros materiales similares.
Además de agricultores, eran expertos en la fabricación de textiles de algodón, fibra que obtenían a través del comercio;
trabajaban el oro y practicaron la escultura en menor escala. Se alimentaba de papas y maíz y bebía cerveza de maíz
fermentado o chic'ha
Eran buenos comerciantes. Además del oro, los Muiscas poseían algunos yacimientos de sal en las vecindades de
Zipaquirá (donde hoy se encuentra la Catedral de Sal), de los cuales obtenían el producto para su propio consumo y
para un comercio extenso con los pueblos vecinos.
Políticamente no tenían un gobierno consolidado. Los grupos más fuertes extendían gradualmente su poder sobre los mis
débiles. En el nivel más bajo, la unidad básica de gobierno y sociedad era una organización similar al clan, asentada en lazos de
sangre. Las unidades políticas del nivel más alto han sido denominadas reinos o confederaciones
LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES
Una de las confederaciones que existía estaba centrada cerca de la actual .Bogotá y dirigida por una figura denominada Zipa,
Ni el Zipa ni el Zaque ejercían control estricto sobre aquellos que les debían obediencia, pero
disfrutaban de posiciones muy honoríficas y se rodeaban de un elaborado ceremonial en sus cortes. El
poder era hereditario, pero no por línea paterna. En cambio, un jefe era sucedido por su
sobrino, el primogénito de su hermana mayor.
La segunda confederación estaba localizada a unos 100 km al noreste de la actual capital, en Tunja, cuyo jefe llevaba el título de Zaque.
El primer intento de colonización por parte de los españoles se llevó a cabo en el golfo de Urabá, cerca de la actual frontera con
Panamá, donde se fundó la población de San Sebastián en 1510 aunque estos asentamientos del golfo de Urabá no resultaron
permanentes. Las posiciones españolas de la costa del Caribe se desarrollaron más establemente
Santa Marta fue fundada en 1526. Localizada sobre una bahía protegida, al este de la desembocadura del río Magdalena, la ciudad se
levantaba justamente al lado de los territorios de los Taironas; más tarde, Santa Marta también serviría como punto de partida para la
conquista de los Muiscas.
En abril de 1536 salió de Santa Marta la expedición que habría de conquistar a los Muiscas, bajo el liderazgo de Gonzalo Jiménez de Quesada, comisionado por la corona española para explorar el
nacimiento del río Magdalena puesto que los españoles ya habían escuchado sobre la leyenda de El Dorado. Partió con 800 soldados, de los cuales solo 200 llegaron un año después debido a que los
soldados en embarcaciones se perdían y los que iban a pie enfermaban o morían de hambre.
No encontraron gran resistencia, excepto por Tisquesusa, el Zipa reinante. Los indígenas fueron vencidos fácilmente, aunque Tisquesusa pudo huir y esconderse; eventualmente lo encontraron y derrotaron en combate. Los invasores se
dirigieron al norte, con el fin de aplastar a Tunja y su Zaque. Esto también se logró fácilmente. En Tunja los españoles se apoderaron de gran cantidad de oro.
En 1538 Jiménez de Quesada fundó Bogotá como ciudad española y la
hizo capital del territorio recientemente conquistado, que bautizó con el
nombre de Nueva Granada en recuerdo de su lugar de nacimiento en
España. A su debido tiempo, el nombre sería aplicado a todo el actual
territorio colombiano; por lo que la ciudad se nombró Santa Fe y
continuó llamándose así hasta el final del período colonial
Jiménez de Quesada inesperadamente tuvo que enfrentar a dos grupos diferentes de exploradores que por casualidad llegaron a Bogotá unas pocas semanas
después de su fundación. Aunque la sorpresa también fue para los otros españoles que no esperaban que ya estuviera conquistado el territorio.
La expedición comandada por Federmann que venía de Venezuela.
La expedición desde el Perú al mando de uno de los lugartenientes de Pizarro, Sebastián de
Belalcázar, quien había tomado recientemente Quito, la ciudad más norteña del Imperio Inca
Belalcázar en 1536 había fundado varias ciudades, entre las cuales las más notables eran Popayán y Cali. Las dos se
convirtieron, respectivamente, en los principales centros urbanos del sur de Colombia desde la Conquista hasta mediados
del siglo XIX, y desde mediados del mismo hasta la actualidad
En una cumbre sostenida a comienzos de 1539 los tres líderes acordaron someter su alegato al gobierno de España y acatar su decisión. Finalmente, la corona
española resolvió no entregar la Nueva Granada a ninguno de los tres interesados, sino a un cuarto, el hijo del recién fallecido gobernador de Santa Marta
A Jimenez de Quesada le asignaron los Llano, pero al carecer de oro, no tenían casi ningún valor. Belalcázar fue nombrado por el Rey como gobernador de Popayán y a
Federmann (o más precisamente a sus patrones, la firma Welser), se le adjudicó solamente Venezuela, donde los alemanes mostraron ser exploradores idóneos y buenos
luchadores contra los indios, pero poco o nada hicieron para desarrollar la colonia: a la larga, el gobierno español les retiró la concesión.
En la segunda mitad del siglo XVI España estableció el sistema definitivo de gobierno para
la Nueva Granada. Como en la totalidad del imperio español, la estructura fue, en
principio, altamente centralizada. El territorio era gobernado por el Rey y sus consejeros
desde España
En el lado americano, las más altas autoridades eran los virreyes españoles, cada uno de los cuales disponía de
una Audiencia con funciones casi comparables (en menor escala) a las del Consejo de Indias en España
En el lado español el cuerpo consultivo más importante era el Consejo de Indias, cuyos miembros servían simultáneamente como tribunal
administrativo, órgano legislativo y corte de apelación
Durante casi todo el período colonial la actual Colombia formó parte del virreinato del Perú, pero el Virrey de Lima no podía
tener mucha autoridad real sobre tierras tan alejadas de la capital peruana. Por esta razón, en 1564 se designó un Capitán
General para la Nueva Granada
En 1717, la Capitanía General de la Nueva Granada fue elevada al nivel de virreinato por derecho propio, y los lazos que la unían con el Perú se rompieron. Seis años más tarde se
restituyeron las divisiones anteriores porque el costo de mantener una corte virreina! en Bogotá parecía mayor que los beneficios. En 1739 el virreinato de la Nueva Granada se
reestableció definitivamente. debido más que todo a la intensificación de las rivalidades colonialistas en el Caribe.
. En 1777 Venezuela se convirtió en Capitanía General, con capital en Caracas,
y comprendió todo el territorio que ocupa actualmente la República de
Venezuela. Formaba parte del virreinato, pero las autoridades de Bogotá
tenían tanto (o tan poco) poder sobre el Capitán General y la Audiencia de
Caracas como antes el Virrey del Perú sobre Bogotá
Las dos presidencias de Quito y Panamá quedaron adscritas al virreinato de la Nueva Granada y no al del Perú como anteriormente, aunque muy poco
tiempo después Panamá perdió su condición de presidencia separada.
Bajo el nivel de los virreinatos, capitanías generales y presidencias habían divisiones territoriales más pequeñas que se pueden
denominar genéricamente provincias. cada una con su respectivo gobernador
El escalón más bajo del sistema políco lo constituían los órganos de gobierno locales,
principalmente los cabildos o concejos municipales. Los miembros del Cabildo eran
elegidos de manera no democrática, muy a menudo por alguna forma de
nombramiento sumario, pero por lo menos se trataba de residentes locales, tanto
españoles nacidos en Europa como criollos. El Cabildo era entonces la única
institución del gobierno colonial que tenía cierto carácter representativo
El sistema como totalidad aunque a menudo marcado por la corrupción, Ja ineficacia y el abuso, no era ni mejor ni peor
que la mayoría de los sistemas de gobierno que había por aquella época en el mundo entero
Además del oro, a los españoles los atraían, como en otros lugares de América, regiones que poseían una población nativa
lo suficientemente numerosa y maleable como para convertirse en fuerza de trabajo; sobre todo en el territorio muisca
donde los españoles se establecieron como la clase dominante, imponiendo sus reglas sobre los pueblos conquistados a
través de sus propios cabecillas locales y también mediante nuevos sistemas de control
La encomienda fue el medio por el cual grupos de indígenas eran literalmente entregados al cuidado de un español para
que éste pudiera enseñarles el camino hacia la civilización (incluyendo naturalmente la religión católica) y, en retribución
por tal guía y protección, el español recibía tributos de los indígenas. El tributo debido a un encomendero por el indígena
estaba representado inicialmente en trabajo o en bienes, o en ambos.
El gobierno español declaró ilegal el pago del tributo con trabajo, pero éste era exigido ampliamente, en violación de la ley. A pesar
de que finalmente la corona abolió el sistema de las encomiendas (momento en el que los tributos pasaron directamente al tesoro
real), los ex encomenderos retuvieron cierta autoridad no oficial sobre sus anteriores protegidos.
Los indígenas también podían ser forzados legalmente, en ciertas circunstancias, a realizar trabajo pagado en las fincas o minas
españolas; además, las posibilidades para la explotación ilegal eran todavía más numerosas.
Un factor que limitaba la explotación era la drástica disminución de la población indígena.
Una cantidad cercana al 95% de la población fue eliminada en menos de cien años, incluyendo otros factores como las enfermedades traídas de
Europa, como el sarampión
Una razón por la cual es difícil medir y evaluar el declive de la población indígena es que la mezcla racial había convertido a numerosos descendientes de
indios en mestizos, de ancestro español e indígena. Hacia el final del periodo colonial, menos de un cuarto de la población de la Nueva Granada, estimada
en 1.400.000 habitantes fue clasificada como indígena. El resto formaba parte, o bien del grupo blanco, o bien del mestizo.
Además, se da una asimilación de la cultura, borrando el lenguaje, cambiando el vestuario, entre otras. La extensa asimilación de los indígenas se debió en parte a su
reducido número y a su mediano nivel de desarrollo social y material, si se compara con el de los pueblos nativos de las otras regiones
Económicamente hablando, la Nueva Granada era una de las colonias españolas menos dinámicas de América. La región central se dedicaba principalmente a
la agricultura y la ganadería para consumo local. No existía demanda externa para sus productos; si la hubiera habido, por lo demás, los costos del transporte
hacia los mercados externos u otras regiones de la colonia habrían sido prohibitivos
Muchas de las mejores tierras habían caído, de una manera u otra, en manos de los conquistadores y de sus
descendientes y se habían convertido en haciendas. Como en la mayor parte de Iberoamérica, estas haciendas
usaban métodos extensivos de cultivo y ganadería, con pequeñas inversiones de capital.
Los trabajadores de las haciendas eran técnicamente libres, aunque podían también ser indígenas que habían
abandonado sus propios poblados para trabajar temporalmente y así pagar impuestos.
También hubo un mercado artesanal. La mayor concentración de artesanos se encontraba en la ciudad de
Bogotá, que en vísperas de la Independencia contaba ya con alrededor de 25.000 habitantes
Bogotá alojaba inevitablemente a un complemento de empleados públicos y profesionales, así como de
personal de servicio doméstico. Pero el papel económico que desempeñaba la capital era a grandes rasgos
parasitario e inclusive como centro de comercio y servicios tenía que compartir su prestigio con Tunja.
Popayán tenía mucho en común con el área central de la colonia. Sin embargo, también contaba con varios
yacimientos de oro a lo largo de la costa Pacífica. Una considerable población de esclavos africanos trabajaba las
minas, que eran controladas por los propietarios desde la ciudad de Popayán
En Popayán había más títulos de nobleza españoles que en Bogotá,
La jurisdicción de Popayán se extendía por el norte hasta la muy fértil comarca del Valle del Cauca. Aunque
actualmente ésta es una de las regiones colombianas de más rápido desarrollo, en la época colonial languidecfa
en una relativa insignificancia, principalmente por falta de buen transporte
El transporte era también difícil para la provincia de Antioquia, situada en el noroeste y en las estribaciones de la
misma cordillera. Sin embargo, por ser la explotación del oro el principal renglón industrial de Antioquia, ésta
podía asumir los costos del transporte. El terreno antioqueño es escarpado casi en su totalidad, lo que lo
tornaba inadecuado para la formación de grandes haciendas, aunque existieron algunas.
Antioquia necesitaba una fuente de alimentación constante para sostener los campos mineros. En parte para
satisfacer esta necesidad, surgió un sector campesino independiente, compuesto principalmente de blancos y
mestizos.
En la parte norte de la colonia se extendía la amplia planicie de la costa, cuya metrópoli era el gran
puerto de Cartagena, Cartagena servía como puerto de escala de flotas que cubrían la ruta entre
España y el istmo de Panamá desde el cual los bienes se transbordaban hacia toda la costa occidental
de Suramérica
La ciudad caribeña también administraba casi todo el comercio de importación y exportación de la
Nueva Granada. Las exportaciones consistían principalmente en oro, puesto que, aunque el
virreinato no se dedicaba al monocultivo sino que, por el contrario, las cosechas eran diversas, el oro
era sin lugar a dudas el único producto de exportación significativo.
Esto determinó una constante: la monoexportación, que se mantuvo hasta hace muy poco tiempo en
Colombia, en la que el oro como producto principal seria sucesivamente sustituido por productos
agrícolas. La Nueva Granada era, en efecto, la principal productora del metal en el imperio español.
Cartagena era la base principal de las fuerzas marítimas españolas en tierra firme (junto con La
Habana, uno de los dos grandes centros del poderío naval español en América), y también el principal
puerto de entrada para el comercio de esclavos africanos en la América del Sur bajo dominio español
Santa Marta, punto de partida de la expedición que al mando de Gonzalo Jiménez
de Quesada conquistaría a los Muiscas, también contaba con una buena bahía.
Pero la ciudad perdió terreno rápidamente, en primer lugar porque el acceso a
Cartagena desde el río Magdalena, arteria principal para las comunicaciones
internas, era mucho más fácil. Además, las bocas del Magdalena eran de muy
difícil navegación.
. Especialmente hacia el final de la época colonial, la costa caribefla adquirió importancia adicional en
pastoreo y agricultura, y empezó a elaborar cueros, azúcar, aftil y otros productos tropicales. Estos artículos,
sin embargo, nunca estuvieron cerca de alcanzar los niveles de exportación del oro y la mayor parte de las
llanuras costeras se mantuvo escasamente poblada
Aunque su vinculación con el resto de la Nueva Granada siempre fue bastante tenue, el istmo de Panamá
tenía varias características en común con la región costera. Desempeñaba un papel fundamental en el
comercio marítimo con el extranjero, aunque su economía interna estaba muy pobremente desarrollada
Solamente pasó a formar parte de la Nueva Granada a mediados del siglo XVII, cuando fue incluido en el
recién creado virreinato. Anteriormente había dependido del Perú y los panameños no se mostraron muy
confirmes con el cambio. La autoridad de Lima era por lo menos familiar y resultaba mucho más fácil llegar
a la capital peruana que a Bogotá
La importancia económica de Panamá se basaba en el requisito legal, predominante durante casi todo
el periodo colonial, de que todas las mercancías destinadas a la América del Sur occidental debían
cruzar por el istmo, cuya población vivía fundamentalmente del comercio de paso
A mediados del siglo XVIII España reformó los reglamentos comerciales del imperio, de manera que el
sistema de flotas entre Cádiz y el istmo fue descontinuado para facilitar legalmente la navegación
desde España, a través del Cabo de Hornos, hacia los puertos suramericanos del Pacífico.
El noreste estaba compuest por las provincias coloniales de Pamplona y Socorro, o sea, los actuales departamentos
de Santander y Norte de Santander. Se trataba de un área heterogénea, que en cierto modo presentaba casi todas
las características de las demás: las mismas razas, las mismas cosechas, los mismos tipos de organización de la
propiedad de la tierra
Contaba con el más importante centro manufacturero de la Nueva Granada: la ciudad de
Socorro y sus aldeas circundantes. El principal producto eran los textiles de algodón, pero no existía
nada parecido a un sistema de fábricas. Al contrario, esta era una industria de unidades familiares
individuales, que hilaban y tejían a mano.
Los Llanos Orientales fueron más importantes en la Colonia que en otros periodos anteriores al siglo XX. Los Llanos eran
una región tropical de pastizales, inundados en épocas de lluvia, resecos en el verano y conectados con los centros
urbanos andinos por las más rudimentarias vías de comunicación
La reglón estaba habitada por una escasa población de indígenas semiasentados y gran cantidad de
rebaños salvajes, para no mencionar los mosquitos y otras plagas. Varias expediciones anduvieron en
los Llanos durante la Conquista, pero al no encontrar fuentes de riqueza en el territorio, los
pobladores españoles de la Nueva Granada mostraron poco interés por esa comarca
La tarea de establecer presencia colonial fue dejada en manos de órdenes misioneras,
especialmente los jesuitas, que empezaron a reunir a los indígenas en comunidades misioneras
para poder cristianizarlos y «civilizarlos». Con ayuda del trabajo indígena, los jesuitas crearon
haciendas de pastoreo y plantaciones de azúcar y otros productos de consumo
A las comunidades españolas y mestizas la Iglesia Católica no sólo les
suministraba atención religiosa, sino también la mayoría de Jos servicios sociales
disponibles en la época, incluida la educación. Para cumplir con sus funciones, la
Iglesia mantenía un clero que, al final de la era colonial, contaba con cerca de
1.850 hombres y mujeres, entre regulares y seglares para una población total de
1.400.000 habitantes,
El clero también era relativamente rico, pues percibía ingresos por derechos parroquiales y diezmos
(requeridos no solamente por la ley eclesiástica sino también por la civil) y disfrutaba de los beneficios
de extensas propiedades que había adquirido a través de donaciones e inversiones.
Aunque no fue en realidad una región culturalmente atrasada, la Nueva Granada colonial hizo menos
contribuciones notorias al mundo de las artes y las letras que los dos centros principales del poderío español en
América, México y Perú.
En literatura hay muy poco digno de mención. La colonia ni siquiera tuvo imprenta sino hasta
cuando se trajo una a Bogotá en 1738. En el campo de las artes, aparte de mucho arte popular utilitario
y religioso, la Nueva Granada produjo al pintor Gregorio Vázquez y Ceballos, cuyos lienzos de
tema religioso eran de gran calidad aunque les faltara la chispa del genio
El más importante logro arquitectónico en la Nueva Granada fue una construcción militar, el fuerte de
San Felipe y las obras defensivas asociadas que protejan a Cartagena, terminados a comienzos del siglo
XVIII y que nunca pudieron ser tomados por asalto.
Los servicios de educación formal eran inexistentes en las áreas rurales y prácticamente eran poco
accesibles para la clase trabajadora en todas partes. Las mujeres, incluso las de las clases sociales más
altas, estaban limitada básicamente a la instrucción que se les impartia en el hogar
La educación superior estaba relativamente desarrollada, para los hijos de la élite colonial. En Bogotá
había dos universidades controladas respectivamente por los jesuitas y los dominicos, en las que se
ofrecían las carreras de derecho y teología.
Más aún, en la segunda mitad del siglo XVIII la capital de la Nueva Granada se convirtió en uno de los
principales centros de actividad intelectual de la América española. especialmente en el campo de la
investigación científica
La chispa que provocó avances en las ciencias la encendió en 1760 el arribo al
país de José Celestino Mutis, sabio naturalista español que llegó a Bogotá
como médico personal de uno de los últimos virreyes coloniales. Mutis
adquirió cierto renombre, al afirmar abiertamente la tesis copernicana de que
la Tierra gira alrededor del sol y no viceversa, lo cual aún era un poco osado en
aquellas fragosidades de los Andes y le causó problemas con la Inquisición
Aunque Mutis era español, escogió a sus colaboradores principalmente entre la comunidad científica
criolla y algunos de los miembros de la Expedición se convertirían en líderes del movimiento
independentista de comienzos del siglo siguiente. El mismo movimiento puso un punto final abrupto a
la actividad científica en la Nueva Granada,
A pesar de su efímero descollamiento en las ciencias y de su oro, la Nueva Granada no estuvo entre las
más preciadas joyas de la corona imperial española. Los funcionarios peninsulares a veces ni siquiera
sabían dónde quedaba o qué era
LA NUEVA GRANADA COLONIAL: SOCIEDAD E INSTITUCIONES
Cartagena hacia el oeste del río, se fundó en 1533; con una bahía mucho mejor que la de Santa Marta que pronto la
eclipsaría
Otro asentamiento fue en la región occidental de Venezuela, donde en 1528 se fundó Maracaibo, más tarde capital del petróleo. La corona española había
cedido el área a la firma bancaria alemana Welser, ya que le debía dinero.
Aunque no carecían de valentía, parecen no haber tenido una vocación militar especial; sufrieron de las mismas desventajas
sicológicas y tecnológicas que los otros pueblos amerindios cuando se enfrentaron a la extraña aparición y al superior armamento
de los europeos.
La orfebrería fue una de las artes que alcanzó altos niveles de sofisticación gracias a la proliferación del oro
de aluvión. Sin embargo; ninguno de los demás pueblos igualó en estatuaria a los de San Agustín, aunque
perfeccionaron sus propias destrezas, adquirieron práctica en el manejo de la ecología y crearon
gradualmente organizaciones sociales y políticas más complejas.