Desarrollo de la personalidad entre
los 2 y los 6 años
EL CONOCIMIENTO
DE SÍ MISMO
James: distinguió entre el <<yo>> (el
sujeto, el que conoce) y el <<mi>> (el
yo como objeto, como lo conocido).
Cooley, Mead y Baldwin: El
yo como construcción social.
Freud decía que el yo constituía la
instancia psíquica encargada de resolver
los conflictos entre los deseos internos
profundos y las imposiciones externas.
Wallon y Vygotski entendían el desarrollo del
conocimiento de si mismo como un proceso de
construcción social, íntimamente relacionado
con el conocimiento que elaboramos acerca de
las otras personas y del mundo social,
destacando la importancia de las interacciones
sociales.
Desarrollo del autoconcepto
entre los 2 y los 6 años
El autoconcepto es la imagen
que tenemos de nosotros
mismos, nos definen y nos
diferencian.
Siendo en el período de 2 a 6 años
representaciones aisladas, faltas de coherencia y
coordinación, que definen características
concretas y observables, atributos categoriales
relativos sobre todo a actividades, rasgos físicos,
cosas que se tienen…Por lo que es una
valoración idealizada, positiva, con dificultades
para diferenciar el yo ideal del real.
La autoestima: dimensiones y
determinantes
La autoestima es un producto psicológico que unas veces se
acompaña de un signo positivo y otras de un signo negativo;
cuando la distancia entre los datos de la realidad y nuestras
aspiraciones y deseos es corta o inexistente, el signo es
positivo; por el contrario, cuando percibimos que lo que
hemos conseguido o lo que somos capaces de hacer está
alejado de nuestras metas e ilusiones, el signo toma un valor
negativo.
La valoración de la distancia entre lo soñado y lo alcanzado
está marcado por nuestra subjetividad, porque para algunos
una pequeña distancia puede resultar martirizante, mientra
que para otros una distancia mucho mayor puede ser
indiferente.
La autoestima tiene un carácter esencialmente
multidimensional, estando formada por un conjunto de
facetas que muestran bastante independencia una de
otras. Se puede tener una autoestima alta en algunas
facetas y bajas en otras a la vez.
Entre los 4 y 7 años, podemos hablar de al menos
cuatro dominios distintos y relevantes para la
autoestima en estas edades: 1.- Competencia física 2.-
Competencia cognitivo-académica 3.- Aceptación por
parte de los iguales 4.- Aceptación por parte de los
padres.
Entre los 2 y los 6 años, tiende a ser más
idealizada, adoptando un sesgo
generalmente positivo y con una cierta
confusión entre el yo real y el yo ideal.
Para que un niño se valore a sí mismo necesita
sentirse valorado por las personas que le rodean.
Siendo, en esta franja de edad, las personas más
cercanas y significativas los miembros de su
familia y especialmente sus padres.
DESARROLLO EMOCIONAL
La expresión de las
emociones
Las más importantes son la Vergüenza, el
orgullo y la culpa. Y el lenguaje constituye un
instrumento para expresar y comunicar los
propios estados emocionales.
Para poder sentir vergüenza u orgullo necesita
conocer las normas y valores sociales, evaluar la
propia conducta en relación con ellas y atribuirse
la responsabilidad ante el éxito o fracaso por
ajustarse a las mismas.
El sentimiento de culpa tiene que ver con el
desarrollo sociomoral y la aparición de las
conductas sociales positivas con o sin
motivación altruista.
Otra emoción que
adquiere gran
protagonismo es el miedo.
La comprensión y el control de
las propias emociones
Desde los 3-4 años, niños y niñas conocen que ciertas
situaciones provocan determinados estados
emocionales, pero aún no son accesibles para ellos el
proceso evaluativo personal general. (Guión para
comprender los estados emocionales)
A partir de los 4-5 años empieza a aparecer el
proceso de valoración y comienzan a poder
contextualizar las emociones.
Desde los 3-4 años, niños y niñas empiezan a
poder ocultar sus emociones en determinadas
situaciones, pero actúan más por lo enseñado por
sus padres que por una estrategia de disimulo
bien comprendida.
A partir de los 5-6 años parecen comprender
realmente la diferencia entre una emoción real y una
emoción expresada, empezando a ocultar
deliberadamente muchos sentimientos con objeto de
confundir a los demás y no sólo para justarse a las
normas sociales.
LA FAMILIA COMO PRINCIPAL
CONTEXTO DE SOCIALIZACIÓN
En función de los procesos de
socialización y de intercambios afectivos
que se den en la familia así serán la
intensidad de determinadas emociones y el
aprendizaje de su regulación.