La labor de Miranda y sus compañeros, así como la de los liberales criollos, tuvo ocasión de
manifestarse en 1810, cuando el gobierno de la metrópoli se vio obligado a refugiarse en Cádiz ante
el ímpetu de los ejércitos napoleónicos. Ya desde 1808 la actitud separatista se había manifestado
en el acto de reclamar Juntas de gobierno americanas; pues bien, en 1810 éstas se impusieron en
todas partes, con el propósito de adueñarse del poder y proceder luego a la proclamación de la
Independencia.
Causas del movimiento de
independencia en las colonias
españolas
Cuando en Europa parecía menguar el fuego de la Revolución, se inició en las
colonias españolas de América una acción reclamando su independencia de
España. La causa esencial de este proceso fue la incapacidad de la metrópoli para
hacer frente a las exigencias de reforma administrativa, renovación social y
política y expansión económica de sus colonias. El mismo sentimiento de protesta
contra la ineptitud del despotismo ministerial que estalló en España en 1808 contra
Carlos IV, provocó la separación de los países americanos.
Causa interna
Figura el desarrollo del poder social de los criollos (blancos
americanos), quienes aspiraban a poseer también el poder
político. En todo caso, el triunfo de la Independencia se
funda en la debilidad de la metrópoli, invadida por las tropas
de Napoleón o sujeta a graves luchas políticas internas.
Causa externa
Entre las de este tipo están la difusión de los ideales
enciclopedistas, el ejemplo de los Estados Unidos de América
y el deseo de Inglaterra de romper el monopolio colonial
español en América del Sur.
Actuación de los precursores en la
Independencia de Latinoamérica
Entre los criollos residentes en las principales
ciudades coloniales existió cierta agitación
revolucionaria a partir de 1780.
La fomentaban y mantenían
ideólogos como
Antonio Nariño, colombiano, propagador de las
doctrinas políticas de los enciclopedistas franceses
Francisco Miranda (1756-1816), Venezolano, natural de
Caracas, luchó contra los ingleses en Norteamérica y
fue general girondino en Francia.
Bolívar y San Martín aseguran la
causa americana
En Argentina, a pesar de las luchas internas y de las derrotas en las fronteras, los patriotas habían logrado
mantenerse en el poder. En 1816 proclamaron la independencia del país. AI año siguiente, el general José de
San Martín (1778-1850), que después de hacer una brillante carrera militar en España había abrazado la causa
americana, emprendió, de acuerdo con el gobierno argentino y con el apoyo de los emigrados chilenos (como
Bernardo O’Higgins) una expedición para liberar a Chile. Partiendo de Córdoba, traspuso los Andes y, tomando
por sorpresa a las escasas fuerzas españolas, las derrotó en Chacabuco. Esta batalla y la de Maipú (1818)
hicieron efectiva la independencia de Chile. Alentado por estos éxitos, San Martín condujo su ejército al Perú, y
entró en Lima en 1821. Pero el ejército español se mantuvo aquí en la meseta peruano-boliviana.
Mientras tanto, otro general americano obtenía triunfos no menores. Simón Bolívar (1783-1830), natural de
Caracas, había combatido por la independencia de América desde 1810. El fue quien condujo en Venezuela la
guerra a muerte, que terminó con su fracaso en 1814. Después de otras intentonas, todas sin éxito, logró
formar un gobierno en los llanos del Orinoco, en Angostura (1817). Desde aquí emprendió sus grandes
campañas de liberación. En 1819 cruzó los Andes, derrotó a los realistas en Boyacá y, conquistando Bogotá, dio
la independencia a Colombia. Dos años después renovó este gran triunfo al obtener la victoria en Carabobo,
que le dio Caracas. Venezuela pudo ser independiente.
Los Estados independientes
hispanoamericanos
La independencia de Méjico fue lograda en 1821 por el acuerdo entre el general
Itúrbide y los separatistas (plan de Iguala). Aquél se proclamó emperador (Agustín I),
pero pronto fue derribado del poder, que se disputaron con encarnizamiento unitarios
(conservadores) y federales (demócratas). El país vivió en un régimen de sucesivos
golpes de Estado. El único político que descolló fue el general Santa Anna. Durante
estas luchas se segregaron de Méjico los Estados de la Confederación Centroamericana
(1823), que a su vez se fragmentaron en las actuales repúblicas de Guatemala,
Honduras, San Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Los ideales de una gran República
sudamericana, sustentados por Bolívar, se deshicieron ya antes de su muerte. La Gran
Colombia se disgregó (1830) en los Estados de Venezuela, Colombia y Ecuador, que
fueron presa de una terrible anarquía política. Lo mismo sucedió en el Perú y Bolivia.
Esta república fue una creación de Sucre.