Hermelinda se ganaba la vida con juegos de fantasía
Los trabajadores se divertían gracias a los juegos ilícitos de Hermelinda
Hermelinda había escogido el oficio
por consuelo y por pura y simple
vocación
Amaba en los hombres el olor a trabajo y
deseo, la voz ronca , la barba de dos días,
la índole combativa y el corazón ingenuo
Las apuestas comenzaban luego de la tercera
ronde de alcohol cuando resultaba imposible
agudizar el entendimiento o concentrar la vida
Hermelinda había descubierto la
manera de obtener beneficios
seguros sin hacer trampas
Aparte de dados y naipes los hombres
disponían de varios juegos y siempre el premio
único era su persona.
los participantes en la Gallina Ciega se
quitaban los pantalones y se les vendaba
los ojos, el primero que le ponía la mano
encima cacareaba exultantemente y
bendecía su suerte
En el columpio la mujer se sentaba sobre una tabla colgada del techo por dos
cuerdas, flexionaba sus rodillas y todos podían ver que no llevaba nada bajo
sus enaguas amarillas quien lograba embestirla en una sola oportunidad, se
veía atrapado entre los muslos de ella balanceado y remecido hasta los huesos
En el juego del sapo se dibujaba una raya de tiza en el suelo y a cuatro
pasos de distancia en un amplio circulo se recostaba dentro del mismo
con las rodillas abiertas, los jugadores se colocaban detrás de la marca
de tiza y buscaban el blanco quien lo lograse pasaría dos horas con ella
Algunos eran tiradores expertos pero
Hermelinda tenía una manera imperceptible
de escamotear el cuerpo.
Decían que quienes habían vivido dos horas con
Hermelinda conocía antiguos secretos amorosos y
era capaz de convertir a los hombres en sabios
Un día apareció Pablo, el asturiano quién llegó hasta esas tierras
porque oyó el rumor de que al final mundo había una mujer capaz de
torcer la dirección del viento.
Pablo no pertenecía a ningún lado, pero ya no
era tan joven y la soledad se instalaba en sus
huesos
Pablo agudizó la vista exhalo todo el aire de su pecho y
después de uno segundos de concentración absoluta, lanzó
la moneda y con el arcoperfecto entró limpiamente en el
lugar preciso
Sin más el contrabandista tomo a la mujer
de la mano, dispuesto a probarle en dor horas
justas que ella tampoco podría prescindir de
el.
Todos quedaron viendo sus relojes y bebiendo
hasta que paso el tiempo de premio, trancurrio
toda la noche hasta que amaneció, al mediodía los
amantes salieron del cuarto
Hermelinda hizo una vaa señal de despedida a sus
desolados admiradores y siguió a Palo por las llanuras
peladas sin mirar atrás.