ANÁLISIS
CRÍTICO DE LA
INTERVENCIÓN
DENTRO DE LA
ESCUELA
Intervención
preventiva.
Rol específico
para establecer
diagnóstico de la
clase según
determinada
categorías.
El diagnóstico está basado en
instrumentos colectivos, no
validado por la entrevista
clínica ni observación directa.
La intervención está
relacionada con la "patología
escolar", reforzando la
existencia de sujetos
"anormales o "normales".
Intervención por
señalamiento.
Espera que la
intervención se
enfoque al "niño
problema".
Actitud de consentimiento
pasivo: acepta y da por bueno
el diagnóstico del paciente
señalado, propuesto por el
docente, lo que afirma su
papel de diagnosticador y/o
técnico especialista.
Traspaso del problema a los
docentes: cree que el
problema planteado por el
docente no es suyo, desvía su
trabajo hacia el maestro por
medio de "consejos"; toma una
actitud interpretativa, lo que
finalmente manifiesta la
incompetencia de psicólogo.
Actitud de rechazo: basado
en la idea de la no
discriminación en la escuela,
y tomando su papel como
promotor del cambio, desafía
a la institución,
transfiriéndole la patología
del sujeto o del medio.
Actitud psicoanalítica.
Aunque permite cambiar la
vinculación de los trastornos
de conducta como
enfermedades del cerebro,
altera las pautas de la
relación paciente-terapeuta.
La "no intervención".
Considera a la escuela
como una "estructura
inadaptante"; lo que deriva
en el abandono del modelo
lógico lineal-causal.
Consideración del
Psicólogo como
asistente social que
debe promover la
madurez individual,
social y cultural.
Objetivo:
educativo de
formación
moral y cívica.
Reputación de
clínico súper
especializado
únicamente para
la intervención
terapéutica en
casos de patología
mental.
Intervención desde afuera,
actúa como asesor externo
("promotor de cambio");
existe falta de definición
precisa de su rol.
Individual o en grupo,
pero todos rechazan
que se les defina como
usuarios de la
intervención.
Atribuye al
psicólogo la
condición de
"mago
omnipotente".
Destinado a
"clientes
potenciales".
Director: solicita intervención
para los docentes, excluyéndose
de cualquier patología racional.
Docente: solicita
intervención con el fin
de un diagnóstico,
terapia e incluso
consejo pedagógico.
Espera que
confirme la
validez
pedagógica y
apruebe las
decisiones
tomadas.
Espera que
asuma la
responsabilidad
directa del
paciente,
librando al
docente.
Padres: rechaza el acudir al
"medico de locos" por miedo
a ser calificado como "mal
padre" o "enfermo mental".
A los padres les
gusta la función
del psicólogo
como experto
en conferencias
o mesas
redondas.
Alumnos: comparten
es estereotipo del
"médico de locos".