Al entrar el THC al cerebro hace que el usuario se sienta
eufórico o “high”, porque actúa sobre el sistema cerebral
de gratificación.
Agudas (presentes durante la intoxicación)
Deterioro de la memoria a corto plazo
Deterioro de la atención, el juicio y otras funciones
cognitivas
Deterioro de la coordinación y el equilibrio
Aumento en el ritmo cardiaco
Episodios psicóticos.
Persistentes (duran más que la
intoxicación pero no siempre son
permanentes)
Deterioro de la memoria y las
habilidades para el aprendizaje
Deterioro en el sueño.
A largo plazo (efectos
acumulativos del abuso
crónico)
Puede llevar a la adicción
Aumento en el riesgo de la tos
crónica y la bronquitis
Aumento en el riesgo de la
esquizofrenia en personas
susceptibles
Puede aumentar el riesgo de ansiedad,
depresión y síndrome amotivacional.
Los consumidores de dosis altas de marihuana pueden experimentar una psicosis aguda, que
incluye alucinaciones, delirio y una pérdida del sentido de la identidad personal o
autorreconocimiento.