La infección por Clostridium
difficile (ICD) es la principal causa
de diarrea infecciosa en
pacientes hospitalizados.
Clostridium difficile es
una bacteria que
puede causar diarrea
y afecciones
intestinales más
serias, como la colitis.
Los fármacos de primera línea para
el tratamiento del C. difficile son el
metronidazol y la vancomicina.
Tienen similar grado de eficacia, con
tasas de respuesta en torno al
90-97%35,41-44, y se recomienda su
administración oral, ya que el C.
difficile está restringido a la luz del
colon.
La patogenia de C. difficile resulta
de la producción por las cepas
toxigénicas de dos exotoxinas:
mayoritariamente la toxina A
(TcdA) enterotóxica, y la toxina B
(TcdB) citotóxica, esencial en la
virulencia de la bacteria y 10 veces
más potente que la TcdA.
En general, las bacterias C. difficile se
encuentran en el medio ambiente,
pero las personas comúnmente solo
se infectan con C. difficile cuando
están tomando antibióticos. Esto se
debe a que los antibióticos no solo
eliminan los gérmenes dañinos, sino
que también matan a los gérmenes
buenos que protegen su cuerpo
contra las infecciones