Responde al periodo greco-latino, donde los principales exponentes
fueron Homero y Virgilio. Esta literatura está alejada de los lectores
ficticios y buscaba una relación congruente entre quien narra y su
entorno o mundo, siendo su máxima finalidad el de brindar
entretención. Manifestaciones de este tipo de literatura son la novela
picaresca, la novela pastoril y la novela de caballería
Es la literatura que nacer al alero de la Edad
Media, del Renacimiento, donde primaba una
visión y carácter didáctico – moral. Los temas
giran entorno a lo sagrado, a lo divino, a Dios,
donde existe un eje fundamental entre éste y
el hombre (teocentrismo), así como a los
señores feudales. Algunas de las obras de
este tiempo están escritas en latín, los textos
eclesiásticos sobretodo, ya que era la lengua
que predominada en los escritos de la época.
Sin embargo, muchas de ellas presentan un
autor anónimo. Una de las obras de este
tiempo fue el Mío Cid.
Moderna
Se ubica a comienzos del siglo XVII, luego de la
crisis del Renacimiento, donde hubo un descenso
en la producción literaria, produciéndose una
separación entre el narrador y el mundo
representado, dándose mayor relevancia – dentro
de la obra – al autor, ya que comienza a participar
de manera activa.
El mundo narrado es el común y corriente, el
cotidiano; donde se hace referencia a un
mundo real, donde existe la presencia de un
narrador personal, que relata con una función
didáctica o de enseñanza, siendo éste el
principal motivo de esta literatura. Asimismo
se hace referencia al locus amoenus y a la
idealización de la mujer. El fin de esta época
se ubica a inicios del siglo XX, de la mano de la
Primera y Segunda Guerra Mundial.
Contemporánea
Con el fin de la Guerras Mundiales la narrativa experimenta una
transformación, en cuanto a la utilización del lenguaje y a la visión
que se tiene de la vida. Desde esta nueva perspectiva nace el
tópico del carpe diem, que incita a vivir el día a día, ya que la
existencia es muy fugaz. Este pensamiento se asocia al pesimismo
que dejaron las guerras en el hombre y al sentimiento de
fragilidad de la existencia.
Una de las características de esta época
literaria, es que el narrador se abstrae, es decir,
ya no interpreta una visión de mundo y deja
esta labor en manos de los lectores, para que
ellos descubran – por medio de las claves que
entrega el narrador – el mundo representado.