Gracias a la educación los humanos reciben los
conocimientos acumulados por sus antecesores y los
trasmiten de una generación a otra.
Este proceso de transmisión de conocimientos,
normas, valores, ritos, conductas, tradiciones, etc.,
de la cultura en general, es lo que se denomina
educación.
Este proceso de socialización es esencialmente de
carácter educativo y es dirigido desde fuera del
individuo.
La socialización se refiere a los procesos por
los que se adquieren modos de
comportamiento comunes al grupo social.
Hay que animarnos a proponer horizontes de
transformación que sean capaces de impactar
mentalidades, contextos y estructuras, procesos
y resultados.
La adolescencia integra al muchacho en una
estrecha vida de grupo, y la juventud es el
momento que lo introduce en la política, en la
profesión y en el matrimonio.
El objetivo prioritario de la
educación ha sido el
perfeccionamiento de la persona y
el posibilitar al individuo su pleno
desarrollo como persona humana.
La educación ha centrado su interés
en el sujeto, en adaptar y preparar al
individuo para afrontar con éxito la
vida.