Los pulmones y el aparato respiratorio nos permiten respirar. Permiten la entrada de
oxígeno en nuestros cuerpos (inspiración o inhalación) y expulsan el dióxido de
carbono (expiración o exhalación). Este intercambio de oxígeno y dióxido de carbono
recibe el nombre de "respiración".
¿Cómo funcionan los pulmones y el aparato respiratorio?
Las células de nuestro cuerpo necesitan oxígeno para vivir.
Cuando estas células hacen su trabajo, generan dióxido de
carbono.
Los pulmones y el aparato respiratorio permiten que el oxígeno presente en el aire
entre en el cuerpo y que el cuerpo se deshaga del dióxido de carbono al exhalar.
Cuando respiramos, el diafragma se mueve hacia
abajo, en dirección al abdomen, y los músculos de las
costillas empujan a las costillas hacia arriba y hacia
afuera. Esto hace que la cavidad torácica se agrande y
tome aire a través de la nariz y la boca para enviarlo
a los pulmones.
Cada unos pocos segundos, con cada inhalación, el aire llena una gran parte de
los millones de alvéolos. En un proceso denominado "difusión", el oxígeno pasa
de los alvéolos a la sangre a través de los capilares (pequeños vasos
sanguíneos) que revisten las paredes alveolares. Una vez que el oxígeno pasa
al torrente sanguíneo, la hemoglobina lo captura en los glóbulos rojos. Esta
sangre rica en oxígeno fluye al corazón, que la bombea a través de las arterias
hacia los tejidos del cuerpo que necesitan oxígeno.
Al exhalar, el diafragma se mueve hacia arriba y los
músculos de la pared torácica se relajan. Esto hace
que la cavidad torácica se achique y empuje el aire
hacia el exterior del aparato respiratorio a través de
la nariz y la boca.
En los pequeños capilares de los tejidos del cuerpo, el oxígeno se desprende de la hemoglobina y
pasa a las células. El dióxido de carbono, producido por las células mientras cumplen su función,
sale de las células y pasa a los capilares. Allí, la mayor parte del dióxido de carbono se disuelve en
el plasma de la sangre. La sangre con un alto contenido de dióxido de carbono regresa al corazón
a través de las venas. Desde el corazón, la sangre se bombea hacia los pulmones, donde el dióxido
de carbono entra en los alvéolos para ser exhalado.
¿De qué partes consta el aparato respiratorio?
El aparato respiratorio incluye la nariz, la boca, la garganta, la tráquea y los pulmones.
El aire entra en el aparato respiratorio a través de la nariz o de la boca. Si pasa por las fosas nasales
(también llamadas "narinas") el aire se calienta y humidifica. Los pasajes nasales y otras partes del aparato
respiratorio están protegidos por pelos diminutos llamados "cilios", que se encargan de filtrar el polvo y otras
partículas que entran en la nariz junto con el aire que respiramos.
Las dos entradas de las vías nasales (la cavidad nasal y la
boca) se unen en la faringe, o garganta, en la parte
posterior de la nariz y la boca. La faringe forma parte del
aparato digestivo y del respiratorio porque transporta
tanto los alimentos como el aire
En el extremo inferior, la tráquea se divide en los
conductos izquierdo y derecho llamados "bronquios",
que conectan con los pulmones. Dentro de los
pulmones, los bronquios se ramifican y forman
bronquios más pequeños o conductos incluso más
pequeños llamados "bronquiolos". Los bronquiolos
terminan en pequeños sacos de aire llamados
"alvéolos", donde ocurre el intercambio de oxígeno y
dióxido de carbono. Cada persona tiene cientos de
millones de alvéolos en los pulmones. Esta red de
alvéolos, bronquiolos y bronquios recibe el nombre
de "árbol bronquial"
Los pulmones también contienen tejidos elásticos que les permiten inflarse y
desinflarse sin perder su forma y están cubiertos por un revestimiento delgado
llamado "pleura".
La cavidad torácica, o tórax, es el espacio que aloja al árbol bronquial, los pulmones,
el corazón y otras estructuras. La parte superior y los costados del tórax están
formados por las costillas y los músculos unidos a ellas, y la parte inferior está
formada por un músculo de gran tamaño denominado "diafragma". Las paredes
del tórax forman una protección alrededor de los pulmones y otros órganos
presentes en la cavidad torácica.
En la parte inferior de la faringe, el canal se divide en dos
conductos: uno para los alimentos (el esófago) y otro para
el aire. El esófago conduce al estómago. El pasaje exclusivo
para el aire se cubre con una pequeña capa de tejido
denominada "epiglotis" cuando tragamos. De este modo, se
impide que los alimentos o los líquidos vayan a los
pulmones.
La laringe es la parte superior del conducto exclusivo para el aire. Este conducto corto
contiene un par de cuerdas vocales, que vibran para generar sonidos.
La tráquea es la continuación del pasaje de aire por debajo de la laringe. Las paredes
de la tráquea están fortalecidas con anillos rígidos de cartílago que la mantienen
abierta. Además, está revestida de cilios, que expulsan los líquidos y las partículas
extrañas de las vías aéreas para que no lleguen a los pulmones.