La infección Tuberculosa se produce cuando el sujeto entra en contacto con Mycobacterium tuberculosis, desencadenándose
en su organismo una respuesta inmune. En la mayoría de los casos esta respuesta consigue detener la multiplicación de los
bacilos y se controla la infección inicial, pero no destruye la totalidad de los mismos y algunos persisten en estado de
latencia intracelularmente. El estado de infección TB se diagnostica por la prueba de la tuberculina. Estas personas no
presentan síntomas ni hallazgos en la exploración física sugestivos de enfermedad, pero están infectadas y un 10% de ellas
se enfrentan a un riesgo, durante toda su vida, de desarrollar la enfermedad.
No podemos conocer qué personas desarrollarán la enfermedad, pero si se conocen los factores de riesgo que las hacen
más propensas a enfermar, como la existencia de un contagio reciente, de infección por el VIH, de enfermedades crónicas
debilitantes (diabetes etilismo crónico, IRC, silicosis, desnutrición), de tratamientos inmunosupresores o envejecimiento,
que pueden debilitar el sistema inmune. La susceptibilidad para desarrollar enfermedad también está incrementada en
los 5 primeros años de vida, pubertad, adolescencia y en la edad avanzada.
Diagnosticar la infección tuberculosa
El diagnóstico de infección tuberculosa se basa en el resultado de la
prueba de la tuberculina (PT). Esta pone de manifiesto un estado de
hipersensibilidad del organismo frente a las proteínas del bacilo
tuberculoso, que se adquiere después de una infección producida por M.
tuberculosis.
Annotations:
5La PT debe realizarse a la población que presente mayor probabilidad de
infección y que podrían beneficiarse de un tratamiento, o también a
aquellos sujetos en los que se sospeche enfermedad tuberculosa (American
Thoracic Society, 2000) [B].Las indicaciones para realizar la prueba de
la tuberculina son:
1-Personas con sospecha clínica de enfermedad tuberculosa.
2.Convivientes y contacto de pacientes con enfermedad tuberculosa pulmonar o laríngea
3.Personas con lesiones radiológicas sugestivas de TB antigua, pero que no fueron tratados con pautas de reconocida eficacia.
4.Pacientes con infección por VIH
5.Personas con alto riesgo de progresión a enfermedad en caso de
estar infectados: diabetes mellitus, silicosis, insuficiencia renal
crónica, alcoholismo, desnutrición, gastrectomía, neoplasia de cabeza o
cuello, neoplasias hematológicas, tratamiento i6. nmunosupresor prolongado
como transplantados, corticoterapia prolongada y antiTNF.
6.Personas que constituyen riesgo social en caso de enfermedad:
7.Empleados o residentes en instituciones como hospitales, prisiones
asilos de ancianos, centros docentes, centros de deshabituación de
toxicómanos.
8.Personas procedentes de áreas del mundo con incidencia elevada de TB.
8.Embarazadas: la PT no se recomienda como una prueba de
screening en el embarazo, dado que el embarazo en sí mismo no aumenta el
riesgo de infección TB. Sin embargo, la prueba de la tuberculina es
segura y fiable en la mujer gestante y está indicada en las siguientes
situaciones:
síntomas sugestivos de TB.
infección VIH.
otras enfermedades que elevan el riesgo de TB.
contacto con personas con TB pulmonar o laríngea.
inmigrantes de áreas con alta incidencia de TB.
La PT debe realizarse a la población que presente mayor probabilidad de
infección y que podrían beneficiarse de un tratamiento, o también a
aquellos sujetos en los que se sospeche enfermedad tuberculosa (American
Thoracic Society, 2000) [B].Las indicaciones para realizar la prueba de
la tuberculina son:
Personas con sospecha clínica de enfermedad tuberculosa.
Convivientes y contacto de pacientes con enfermedad tuberculosa pulmonar o laríngea
Personas con lesiones radiológicas sugestivas de TB antigua, pero que no fueron tratados con pautas de reconocida eficacia.
Pacientes con infección por VIH
Personas con alto riesgo de progresión a enfermedad en caso de
estar infectados: diabetes mellitus, silicosis, insuficiencia renal
crónica, alcoholismo, desnutrición, gastrectomía, neoplasia de cabeza o
cuello, neoplasias hematológicas, tratamiento inmunosupresor prolongado
como transplantados, corticoterapia prolongada y antiTNF.
Personas que constituyen riesgo social en caso de enfermedad:
Empleados o residentes en instituciones como hospitales, prisiones
asilos de ancianos, centros docentes, centros de deshabituación de
toxicómanos.
Personas procedentes de áreas del mundo con incidencia elevada de TB.
Embarazadas: la PT no se recomienda como una prueba de
screening en el embarazo, dado que el embarazo en sí mismo no aumenta el
riesgo de infección TB. Sin embargo, la prueba de la tuberculina es
segura y fiable en la mujer gestante y está indicada en las siguientes
situaciones:
síntomas sugestivos de TB.
infección VIH.
otras enfermedades que elevan el riesgo de TB.
contacto con personas con TB pulmonar o laríngea.
inmigrantes de áreas con alta incidencia de TB.
La interpretación del resultado de la PT depende del tamaño de la induración y de los factores de
riesgo epidemiológicos y la situación médica del individuo (SEPAR, 2010). Si bien los actuales
criterios pueden modificarse en un futuro cercano, actualmente se considera: Si la lectura es ≥5mm,
la PT es Positiva en: Pacientes VIH+. Contactos próximos de personas con TB pulmonar o laríngea
Evidencia radiológica de TB antigua curada, en pacientes que no fueron tratados con pautas de
reconocida eficacia. Transplantados, tratamientos biológicos o tratamientos con corticoides.
Si la lectura es ≥10mm, la PT es Positiva en: Personas con factores de riesgo para TB diferentes de
VIH+. Historia de consumo de drogas o ADVP seronegativos para el VIH. Personas que viven en
residencias de ancianos, hospitales, prisiones o centros de deshabituación de toxicómanos.
Personal sanitario. Niños menores de 5 años.
Si la lectura es ≥15mm, la PT es positiva en los que no cumplen ninguno de los criterios
anteriores. PT Negativa: Cuando la induración es inferior a los diámetros indicados se considera
negativa. Conversión tuberculínica: consiste en la detección de un incremento en la induración ³ 10
mm en una persona con respuesta negativa a la tuberculina en los dos años previos. Esto significa
la adquisición reciente de la infección tuberculosa si previamente se ha descartado efecto booster.
La historia previa de vacunación con BCG no debería influir en la indicación o la interpretación de la
PT salvo en los casos de administración en los 12 últimos meses. En los pacientes vacunados una
induración menor de 15 mm se considera resultado negativo, excepto en las situaciones
siguientes: Si la lectura es ≥5mm, la PT es POSITIVA en: Pacientes VIH+. Contactos próximos de
personas con TB pulmonar o laríngea. Evidencia radiológica de TB antigua curada, en pacientes
Cómo se diagnostica la TB pulmonar
Para el diagnóstico de certeza de TB pulmonar es absolutamente necesaria la obtención de muestras
adecuadas para realizar los cultivos que muestren el crecimiento de colonias de Mycobacterium tuberculosis.
La evaluación de un paciente con sospecha de TB pulmonar incluye siempre una completa historia clínica, una
detallada exploración física, una prueba de tuberculina (Mantoux), una radiografía de tórax y un adecuado
estudio microbiológico.
Los síntomas respiratorios más frecuentes de la TB pulmonar son la tos prolongada de más de 1-2 semanas, el
dolor torácico y la hemoptisis. Otros síntomas sistémicos habituales son la fiebre, la sudoración nocturna,
astenia, anorexia y pérdida de peso. La exploración física es parte esencial en la evaluación de cualquier paciente
pero no puede ser utilizado para confirmar ni excluir TB. Pruebas complementarias que pueden estar indicadas:
Prueba de tuberculina (Mantoux): permite determinar la existencia de infección TB incluso antes de la progresión
a enfermedad. En los últimos años se han incluido métodos moleculares como coadyuvante en el diagnóstico
directo en pacientes con sospecha de enfermedad tuberculosa (Catherina, 2010). Las técnicas se basan en la
amplificación de fragmentos de ADN de M Tuberculosis mediante PCR en las muestras clínicas (Boehme CC,
2010). Existen distintas técnicas con unos valores predictivos positivos y negativos que oscilan entre el 90-100%,
valor
Para el diagnóstico de certeza de TB pulmonar es absolutamente necesaria la obtención de muestras adecuadas para
realizar los cultivos que muestren el crecimiento de colonias de Mycobacterium tuberculosis. En los casos en donde no es
posible obtener la confirmación bacteriológica y se mantiene una fuerte sospecha diagnóstica, la decisión de iniciar el
tratamiento se basará en un conjunto de datos clínicos, radiológicos y de laboratorio
Radiología de tórax: en la tuberculosis pulmonar las alteraciones radiológicas más frecuentes se localizan en los
segmentos posteriores y apicales de los lóbulos superiores o en los segmentos superiores de lóbulos inferiores, aunque
hay que recordar que las lesiones tuberculosas pueden aparecer en cualquier lugar en el pulmón. La extensión y
densidad de las lesiones son variables, desde un pequeño infiltrado pequeño a formas consolidativas, adenopatías
hiliares, formas cavitadas, con diseminación broncógena, miliares o derrame pleural asociado. Los pacientes
inmunocomprometidos pueden presentar hallazgos menos característicos, e incluso la radiografía puede ser normal.
La TB antigua generalmente presenta hallazgos radiológicos diferentes de la TB activa; nódulos pulmonares con o sin
calcificación en áreas hiliares o lóbulos superiores, o lesiones fibróticas y pérdida de volumen en lóbulos superiores. Las
anomalías en las radiografías de tórax pueden ser sugestivas pero nunca son diagnó
La enfermedad
tuberculosa viene
definida por la
presencia de
síntomas y/o
hallazgos en la
exploración física
del paciente
sugestivos de
enfermedad activa,
y que serán
variables en
función de la
localización de la
enfermedad. Las
localizaciones más
frecuentes son:
pulmonar, pleural,
ganglionar, miliar,
meníngea,
osteo-articular,
gastrointestinal,
genitourinaria y
otras. En un 5% de
los pacientes que
se infectan con
Mycobacterium
tuberculosis su
sistema
inmunitario será
insuficiente para
impedir el
desarrollo de la
enfermedad
cuando se
contagian y se
producirá la
denominada TB
primaria. En otro
5% de los
infectados, tras el
paso de meses o
años, se producirá
la enfermedad por
reactivación
endógena, TB
postprimaria.
¿Cómo se diagnostica la TB extrapulmonar?
Aproximadamente el 19% de los casos de TB son exclusivamente extrapulmonares. La sintomatología
depende de la localización de la enfermedad. La TB extrapulmonar debe ser considerada en el
diagnóstico diferencial de pacientes enfermos con síntomas sistémicos que tengan factores de riesgo
para TB. De nuevo historia clínica y exploración física son obligadas. Cuando se sospecha TB
extrapulmonar es preciso realizar estudios microbiológicos y bioquímicos de distintos fluidos: orina, LCR,
liquido pleural, líquido peritoneal o sinovial dependiendo de la sospecha clínica. En estos casos es
importante incluir en el estudio de los distintos fluidos el análisis de la enzima adenosina desaminasa
(ADA). Esta enzima aporta una elevada sensibilidad y especificidad. Además, en el caso de la TB pleural,
la determinación de lisozima, sobre todo el cociente superior a 1.2 entre su valor en líquido y suero,
aporta una gran sensibilidad y especificidad. En las formas extrapulmonares los métodos moleculare
profilaxis
Tratamiento de la infección tuberculosa latente (Quimioprofilaxis) En la siguiente tabla se
exponen los criterios para determinar la quimioprofilaxis en pacientes con PT (+), por categoría y
grupos de edad (CDC, 2003) [A]. Tabla 2 Categoría Grupo de edad <35 años Grupo de edad >35
años Con factores de riesgo* Tratar a todas las personas independientemente de la edad si PT
≥10 mm (ó ≥5 mm si contacto reciente de pacientes con TB, infección VIH, o evidencia Rx de TB
antigua) Tratar a todas las personas independientemente de la edad si PT ≥10 mm (ó ≥ 5 mm si
contacto reciente de pacientes con TB, infección VIH, o evidencia Rx de TB antigua) Sin factores de
riesgo Grupo de alta incidencia ** Tratar si PPD ≥10mm No tratar Sin factores de riesgo Grupo
de baja incidencia Tratar si PPD ≥15mm No tratar * Factores de riesgo incluyen infección VIH,
contacto reciente con pacientes con TB pulmonar o laríngea, conversión reciente de PT, Radiología
de tórax alterada. ADVP.
** Grupos con alta incidencia incluyen a personas inmigrantes de países de alta incidencia de TB,
personas marginadas con bajos recursos y residentes de instituciones cerradas. Antes de iniciar
un tratamiento de quimioprofilaxis se debe descartar la presencia de enfermedad activa mediante
la historia clínica, exploración física y una radiografía de tórax. Si ésta no es normal, o bien si
existen síntomas, a pesar de radiografía normal, se debe realizar BAAR y BK en esputo (x3)