Ludovico Ariosto (Reggio Emilia, 8 de
septiembre de 1474 - Ferrara, 6 de
julio de 1533). Fue un poeta italiano,
autor del poema épico Orlando
furioso (1516). Además de su
personalidad de poeta de gran
renombre, escribió para la escena
obras como: Arquilla, Los supuestos,
El nigromante, La alcahueta y Los
estudiantes, entre otras.
Ariosto se destacó por su estilo que maravillaba por las sutiles
descripciones que hacía de la felicidad, la naturaleza y el amor.
También escribió sobre la pérdida de la esperanza y de la fe. Es
considerado el poeta épico más notable de su siglo.
Orlando Furioso
Su poema épico Orlando furioso constituye una continuación del poema épico
inacabado Orlando enamorado, del poeta italiano Matteo Maria Boiardo, y trata
del amor del paladín Orlando por Angélica en el marco de las leyendas de
Carlomagno y de la guerra de los caballeros cristianos contra los sarracenos. Obra
maestra del Renacimiento, se estructura en 46 cantos compuestos en ágiles
octavas, y en él Ariosto hace gala de un profundo lirismo, de extraordinaria
imaginación y habilidades narrativas y de un finísimo sentido del humor.
Por la obra deambulan personajes del ciclo carolingio, algunos del ciclo
bretón e incluso algunos seres inspirados en la literatura clásica griega y
latina. Es, y así la presenta el autor, una continuación del Orlando
enamorado de Matteo Maria Boiardo. Allá donde dejó éste inacabada su
obra, la derrota del ejército de Carlomagno en los Pirineos por los moros.
Temas
El tema épico
representado por la
lucha entre
musulmanes y
cristianos y los
distintos combates
que protagonizan
entre sí los héroes
del poema.
El tema amoroso cuya
figura central es
Angélica y el
secundario más
sobresaliente Orlando.
El tema laudatorio de
exaltación de la Casa d'Este,
señores de Ferrara en
tiempos de Ariosto. La obra,
de hecho, está dedicada por
Ariosto allo Ilustrissimo e
Reverendissimo Cardinale
donno Ippolito da Este, suo
signore.
No obstante se trata de un poema épico fabuloso e inverosímil, el Ariosto salpica el texto de
aventuras que a veces se antojan casi bufonadas, como la fabulilla del canto XXVIII en que una reina
retoza con un enano contrahecho; o de ironías punzantes, que devuelven al lector a la realidad más
verosímil como el comentario aquel que vierte luego de haber Angélica sostenido ante Sacripante que
después de todas sus aventuras se mantenía aún virgen
La presencia de Ariosto en la mayor obra de Cervantes sigue siendo causa de controversia.1
Por un lado, las muchas referencias al Orlando furioso, algunas de ellas colocadas en puntos
estratégicos del Quijote, no ofrecen lugar a dudas acerca de la familiaridad que Cervantes
tenía con la obra italiana, apreciada por él, según parece, más en su versión original que en
las traducciones.2 Por otro, los episodios cervantinos que acusan una derivación directa del
poema italiano se pueden contar con los dedos de una mano. En desacuerdo con la erudición
positivista que pretendía haber encontrado huellas de Ariosto en numerosos lugares del
Quijote, el espíritu crítico de Máxime Chevalier reduce estos episodios a dos: amén de
percibir un eco del ariostesco doctor Anselmo en el homónimo protagonista del Curioso
impertinente, le parece digna de mención únicamente la locura amorosa de Cardenio, en
muchos aspectos similar a la de Orlando.