Tras sus investigaciones, Gregor Mendel concluyó sus trabajos enunciando 3 leyes, consideradas a día de hoy la base de la genética actual. Estas leyes, explican y predicen cómo serán los fenotipos (caracteres físicos) de un nuevo individio.
Durante sus investigaciones, Mendel utilizó distintas
variedades de guisantes para sus experimentos. Estas
plantan reúnen una serie de características que
resultan ventajosas en estos estudios: Presentan
características fácilmente distinguibles en su aspecto
exterior Son vegetales con abundante descendencia
Son vegetales fáciles de cultivar Sus flores se pueden
autopolinizar y además permiten la polinización
cruzada.
Segunda ley de Mendel: Principio
de la segregación de caracteres
El carácter hereditario que se transmite como una unidad que
no se combina, se diluye o se pierde al pasar de una
generación a otra, sólo se segrega o se separa. Los dos genes
que rigen cada carácter no se mezclan ni se fusionan, sino que
se segregan a la hora de formarse los gametos, teniendo cada
gameto uno y sólo uno de los alelos diferentes.
Tercera Ley de Mendel: Ley de
la independencia de caracteres
También descrita en ocasiones como segunda ley
(si no se tiene en cuenta la primera), Mendel
concluyó que los diferentes rasgos son heredados
de manera independiente entre ellos; estos es, que
el patrón de herencia de un rango no afectará al
patrón de herencia de otro. Esta afirmación sólo se
cumple en aquellos genes que no están ligados en
diferentes cromosomas o que están en regiones
muy separadas del mismo cromosoma.