Él lo había prometido antes por sus profetas en las Santas Escrituras
Su tema central es la persona de Jesucristo
Los destinatarios
todas las naciones
El propósito
"la obediencia a la fe".
El fin último
la gloria de su nombre
Es poder de Dios para salvación.
Es amplio. Abarca a todos los que creen, tanto
a judíos como gentiles.
Es revelación de la justicia de Dios.
nos libra de la ira de Dios y nos predica
la justicia salvadora por la cual
podemos vivir
CAPITULO II
El juicio de Dios es inevitable (1-4)
Dios castiga todas las formas de pecados
El juicio de Dios es justo (5-11)
Él pagará a toda la gente por lo que ellos merecen
El juicio de Dios es imparcial (12-16)
El juzgara sin sin excepción alguna
CAPITULO III
Objeciones de los judíos (3,1-8)
La enseñanza de Pablo mina los
privilegios concedidos a los judíos
¿la fidelidad de Dios no es cancelada?
¿Dios no actúa con injusticia al castigarnos?
La enseñanza de Pablo contribuye
en forma falsa a la gloria de Dios
Todos, judíos y gentiles, están
bajo la ira de Dios . (3,9-20)
Impiedad.
Perversidad.
"Pero ahora" (3,21-31) a. 21-24:
Dios abre, por medio de ellas,
la puerta hacia la salvación.
La obra de Jesús 24-26:
fue castigado por nuestros pecados
La jactancia queda excluída 27-31:
El camino de nuestra salvación pertenece
únicamente a la obra de Dios y de su Hijo Jesús.
CAPITULO IV
El evangelio no es una nueva doctrina
Abraham no fue justificado por las obras (4,1-8)
La circuncisión no fue la base para que Dios justificara a Abraham (4,9-12)
Abraham no fue justificado por medio de la ley (4,13-17a)
Conseguir la vida eterna por (guardar) la ley. Sin
Para obtener la salvación es la fe.
Abraham fue justificado por la fe (4,17b-22)
La conclusión: la aplicación de la fe de
Abraham a nuestras vidas (4,23-25)
Las promesas de Dios no pierden su valor,
en Jesucristo siguen siendo vigentes.
CAPITULO V
Las consecuencias de la justificación (5,1-11)
El primer fruto es paz para con Dios
Tenemos entrada por la fe a esta gracia.
Nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Nos gloriamos también en las tribulaciones
Seremos salvos por Cristo
También nos gozamos en Dios.
Adán y Cristo: no sirve la comparación; Jesús es Incomparable.(5,12-21)
Adán y Cristo otra vez comparados; Adán trajo la condenación, Cristo la justificación 18-19.
El significado de la ley 20-21
la ley en forma indirecta hace visible cuán grande es la gracia de Dios
Tres diferencias entre Adán y Cristo 15-17
Adán destruyó, Jesús restauró
El `don' de Adán es la condenación; el
regalo de Cristo, la redención
Por Adán reinó la muerte; por Cristo
pueden reinar todos los que son de Él
Adán y Cristo introducidos por Pablo 12-14
CAPITULO VI
La nueva creación
SIGNIFICADO "hemos muerto al pecado"
No significa que ésto (el haber muerto al pecado)
sea el resultado de nuestra lucha contra los pecados
Tampoco podemos decir que a través de la muerte
de Jesús hemos sido muertos en el sentido de que ya
no somos más sensibles al pecado, que no tiene
ninguna influencia sobre nosotros.
CAPITULO VII
Liberado de la ley
La muerte de Cristo nos libera del yugo de la
ley, y de su consecuencia al no cumplirla.
La ley de Dios revela cuán necesitados
estamos de la gracia de Dios.
que por medio de la ley ninguna
persona puede agradar a Dios
La ley pone de manifiesto que nuestra vida está llena de culpa.
La ley es espiritual y divina; nosotros somos carnales, totalmente corrompidos, vendidos al pecado.
Hacemos lo contrario de nuestro deseo (como creyentes).
El error está en nosotros y no en la ley.
Dentro del creyente vive el pecado, aunque sea hijo de Dios, y tiene el deseo de agradarle.
Dios puso el deseo de obedecerle, pero hacer su voluntad no es posible para nosotros.
Es decir: no mora el bien en el creyente, solamente el deseo para hacerlo. Falta la acción.
Hay una diferencia entre el pecado y yo. Por el amor a Dios no quiero hacer lo malo,
sin embargo, siempre hago lo malo.
El hombre interior (= el creyente en su relación de amor por Dios), se deleita en la ley
de Dios, tiene el deseo de agradarle.
Sin embargo, hay otra ley (`ley' significa ahora: `poder') dentro del creyente: hacer lo malo.
La lucha entre nuestro deseo de agradar a Dios y el poder del pecado que muchas veces nos
domina, produce el gran anhelo de la redención del cuerpo de pecado.
Este anhelo se realizará completamente por medio de Jesucristo en su segunda venida. Aquí y ahora
se realiza en forma parcial por medio del Espíritu Santo.
CAPITULO VIII
PABLO dice claramente que la salvación es
completamente segura para los creyentes,
porque:
No hay condenación para los que están en Cristo Jesús (1)
Los creyentes están libres de la ley, (2-3)
El Espíritu Santo obra dentro de nosotros, para santificarnos (4-13)
La presencia del Espíritu Santo es la prueba de que somos hijos de Dios,(14-17)
Dios está preparando para nosotros una herencia, y también para toda la creación (18-25).
El Espíritu Santo nos ayuda con sus peticiones, orando al Padre, dentro de nosotros (26-27)
La salvación está completamente enraizada en Dios mismo. La salvación es el plan de Dios, (28-30)
la salvación es tan segura porque Cristo, entregado por Dios, es la prueba del amor de Dios para con
nosotros (31-34),
ninguna cosa puede separarnos del amor de Dios (35-39).
Pablo contrasta la vida de la carne
La carne no puede hacer sino lo que es malo
La manera de pensar y actuar de la carne es muerte
(no hay vida en ella que glorifique a Dios) y lleva a la
muerte (estar eternamente excluídos de la presencia
de Dios)
Todo lo que piensa y hace la carne, en el fondo
no es nada más que enemistad contra Dios.
Pablo elabora lo que sucede si Cristo está
dentro de nosotros
"el cuerpo está muerto"
Esta gloriosa promesa es un gran aliciente que
nos lleva a vivir para la gloria de Dios.
Una vez más, Pablo destaca el gran contraste entre la vida
conforme a la carne y la vida conforme al Espíritu