El llamarse a sí
mismo cristiano
lleva aparejado el
deber y el
privilegio de toda
un vida de servicio.
Ofrendamos nuestra
vida por medio del
servicio. Los miembros
de la Iglesia tienen
muchas oportunidades
para prestar servicio.
Como misión nuestra propuesta es "Servir a los demás" Ya que es una misión que implica una lucha
permanente contra nuestro egoísmo, pues servir a otros es amarlos
"Hacer el bien"
"Sin mirar a quién"
"De corazón"
Hacer pequeños
actos de bondad
Sentir la felicidad de
conectarnos con
nuestros hermanos
La vida de Jesucristo deja muy claro el deber y el privilegio que tenemos de prestar servicio a nuestros
hermanos y hermanas sobre la tierra.