El objetivo de este trabajo es
analizar, a la luz de ciertos
conceptos teóricos y
problemáticas contemporáneas,
Para analizar lo estrictamente político Dussel retoma de
Bourdieu la noción de “campo”. El campo político, de esta
manera, se recorta del mundo de la vida cotidiana, y es
atravesado “por fuerzas, por sujetos singulares con
voluntad, y con cierto poder
Estos agentes que integran y constituyen
el campo político se definen cada uno en
relación a los otros, por lo que podríamos
entender cierta lógica estructuralista. Sin
embargo Dussel se encarga de plantear
la diferencia: “El campo es ese espacio
político”,
“de cooperación, de coincidencias, de conflictos. No es
entonces la estructura pasiva (del estructuralismo), sino
un ámbito de interacciones
Esta relación del poder entre los representados y los
representantes, se materializa según Dussel en dos tipos de
poder político: la potentia por un lado (que hace referencia al
poder en primera instancia
El concepto de poder obediencial puede
resumirse en una máxima que expone Dussel:
“los que mandan deben mandar obedeciendo
Retoma, de alguna manera, esa condición de la
potentia como fundamento de todo poder político, y
como criterio último de legitimación. Lo que intenta
Dussel es separar las posibilidades reales del
ejercicio del poder, y oponer al poder como
dominación una noción positiva
esta separación es necesaria porque,
en términos de Dussel, cabe siempre la
posibilidad de que el ejercicio
representativo de aquel poder primero
que radica en las bases populares se
fetichice
es decir que se vuelva sobre sí mismo, y
“se autoafirme como la última instancia
del poder
Las elites o la clase política, según este concepto, dejan de
responder a la comunidad política, y por ende transforman
al poder político en antidemocrático, ya que el poder
fetichizado “se autofundamenta en su propia voluntad
despótica
Dussel continúa delimitando tres
niveles de la política: el de las acciones
estratégicas, el de las instituciones, y
el de los principios normativos. En
primer lugar la acción política es
estratégica porque se dirige a otros
sujetos humanos y exige la utilización
de la razón práctica.
Es estratégica sobre todo a la hora de generar los consensos necesarios
que permitan la gobernabilidad. Esta acción política y estratégica puede
ser “hegemónica”, cuando moviliza el poder de la comunidad y está
apoyada en la fuerza y la motivación de una mayoría significativa.