La primera certeza de Descartes: "Cogito, ergo sum" (Pienso luego existo). Descartes afirma
que puede dudar de lo que ve, imagina o piensa, pero no puede dudar de que lo está
pensando ya que, para pensarlo, tiene que existir. Para Descartes hay tres tipos de ideas:
Innatas: serían aquellas ideas con las que nacemos, que no dependen de la
experiencia. Son las ideas producidas por el pensamiento mediante el mero
ejercicio de pensar.
Adventicias: son las ideas que proceden de fuera, aquellas que formamos a partir de la experiencia.
Facticias: son las ideas que construimos nosotros, combinando diferentes aspectos de las ideas
adventicias entre sí, o incluso con rasgos de las ideas innatas.
Las cosas (res extensa)
Según Descartes, todo lo que creemos conocer con certeza puede ser la ilusión de un
sueño, pero acaba demostrando la existencia del mundo o de las cosas materiales ya que,
puesto que dios existe y es bueno, no puede permitir que nos engañemos al creer que le
mundo existe, luego el mundo existe.
Dios (Sustancia infinita o res infinita)
Descartes deduce la necesidad de la existencia de Dios con el siguiente argumento: “Dios existe; pues si
bien hay en mí la idea de la substancia, siendo yo una, no podría haber en mí la idea de una substancia
infinita, siendo yo un ser finito, de no haber sido puesta en mí por una substancia que ya sea
verdaderamente infinita“. Todo esto llega a deducirlo mediante tres argumentos: dos causales y uno
ontológico.