Un neurotransmisor (o neuromediador) es una biomolécula que
transmite información de una neurona (un tipo de célula del sistema
nervioso) a otra neurona consecutiva, unidas mediante una sinapsis.
El neurotransmisor se libera por las vesículas en la extremidad de la neurona
presináptica durante la propagación del impulso nervioso, atraviesa el espacio sináptico
y actúa cambiando el potencial de acción en la neurona siguiente (denominada
postsináptica) fijándose en puntos precisos de su membrana plasmática.
Los neurotransmisores se pueden agrupar por su composición química en:
Colinérgicos
acetilcolina
Adrenérgicos
Adrenalina, epinefrina, noradrenalina, norepinefrina,
dopamina, indolaminas serotonina, melatonina e histamina.
Aminoacidérgicos
GABA, taurina, ergotioneina, glicina, beta alanina, glutamato y aspartato
Peptidérgicos
endorfina, encefalina, vasopresina, oxitocina, orexina, neuropéptido Y, sustancia P, dinorfina A,
somatostatina, colecistoquinina, neurotensina, hormona luteinizante, gastrina y enteroglucagón.
Radicales libres
óxido nítrico (NO), monóxido de carbono (CO), adenosin trifosfato (ATP) y ácido araquidónico.
Dependiendo del tipo de receptor, las neuronas postsinápticas
son estimuladas (excitadas) o des estimuladas (inhibidas).
Cada neurona se comunica con muchas otras al mismo tiempo. Puesto que una
neurona puede enviar o no un estímulo, su comportamiento siempre se basa en
el equilibrio de influencias que la excitan o la inhiben en un momento dado.
Las neuronas son capaces de enviar estímulos varias veces por
segundo. Cuando llega un impulso nervioso al extremo de los axones,
se produce una descarga del neurotransmisor, en la hendidura
sináptica, que es captado por los receptores específicos situados en la
membrana de la célula postsináptica, lo que provoca en esta la
despolarización, y en consecuencia, un impulso nervioso nuevo.