La ciencia significa, creo,es la existencia de métodos
sistemáticos de investigación, que, cuando se
dirigen a estudiar una serie de hechos, nos ponen
en condiciones de comprenderlos menos
azarosamente y con menos rutina.
La ciencia significa que
llevamos nuestras
observaciones y pensamientos
más allá en el campo
Existen una técnica
intelectual por la cual
puede acumularse los
descubrimientos y la
organización de materiales
Cuando se usan los métodos
tienden a perfeccionarse, a
sugerir nuevos problemas e
investigaciones que afinan los
antiguos procedimientos y crean
otros nuevos y mejores.
El único medio por el que podemos
prevenir el despilfarro del futuro es por
métodos que nos capaciten para hacer un
análisis de lo que hace un maestro dotado
Todo el mundo puede observar hoy que
el efecto de un maestro original y
poderoso no es bueno en todo
Por lo tanto, cuando los métodos tienen
una existencia, los estudiosos lo
adoptan y emplean con flexibilidad más
que en su reproducción literal.
Cuando se convierte en una regla
uniforme de procedimiento se
trueca en un procedimiento
empírico mecánico.
Concebida así, la ciencia es
antagónica a la educación
como arte.
Ninguna conclusión de
la investigación
científica puede
convertirse en una
regla inmediata del
arte educativo
La ciencia pedagógica no
puede ser construida
simplemente pidiendo
prestadas las técnicas y
mediciones que se
encuentren en las
ciencias físicas.
La ciencia de la educación no se encuentra
en libros, laboratorios, ni en salas de clase
donde se enseña, sino en las mentes de
los que dirigen las actividades educativas.
No existe una ciencia
independiente especial de
la educación más que una
ciencia de construcción de
puentes.
Los maestros de grado no
poseen la preparación que les
capacite para prestar una
cooperación inteligente y
efectiva.
Trae como consecuencia que
las conclusiones de la ciencia se
desvían y alteran malamente
antes de llegar a la mente de
los niños.
Las fuentes de la ciencia de
la educación son toda clase
de conocimientos
investigados que penetran
en el corazón, cabeza y
manos de los educadores y
que al penetrar así, hacen la
realización de la función
educativa más ilustrada,
humana y verdaderamente
educativa