Toda religión tiene un sistema de
creencias.Cada religión enseña o
expone sus propias verdades acerca del
mundo, acerca de la humanidad y
acerca de Dios o de los dioses tal como
dichas verdades son interpretadas
desde esa misma fe.
Estas creencias
dan sentido a la
vida sus
seguidores y
alimentan su
esperanza en
medio del
sufrimiento.
Misterio
Designamos con el nombre
Misterio esa realidad anterior y
superior al hombre cuya presencia
se percibe en el ámbito de lo
sagrado y que invita a una
reorganización de la vida personal.
Sagrado
Significa “separado” y lo que es sagrado ya no puede ser
tratado de cualquier forma porque ya no pertenece al
mundo natural, sino a Dios. Ha sido separado de las
demás cosas por esa “presencia” del más allá.
Actitud religiosa
Lo que convierte a una persona en religiosa no es
solamente el “sentimiento” de Dios que pueda
aparecer en la vida. Se requiere una actitud de
respuesta que reconozca al Misterio como valor
central y que busque la propia salvación en él.
Manifestaciones de la
actitud religiosa
A continuación están las 4 más importantes.
Mitos y relatos
La persona que desarrolla su
actitud religiosa, se siente
salvada por Dios, a partir de
ese momento, ese Dios se
convierte en elemento
central de su vida
Ritos y fiestas
¿Cómo hacer hoy presentes esas intervenciones que nos narran
los mitos y los relatos de las diferentes religiones? Para
responder surgen los ritos; que son acciones de carácter
simbólico que se repiten siempre según un esquema fijo y el
contacto a la persona con la divinidad.
Oración
Esta es probablemente la
expresión religiosa más típica.
La oración es la palabra por la
que la persona religiosa eleva su
mente, su corazón y todo su ser,
hacia el ser supremo en una
alabanza.
Moral
La ética y la moral son también una
manifestación de la actitud religiosa.
Esa relación que la persona con
actitud religiosa decíamos que
siempre supone un cambio de
conducta, en efecto aceptar la
salvación que trae la divinidad
provoca una moral determinada
Superstición, magia, idolatría.
La idolatría
consiste en tomar como absoluta realidades de nuestro mundo cosas que
no son sobrenaturales ni trascendentales. Son simples objetos o seres
naturales que son “divinizados” por el ser humano.
La magia
es el conjunto de actos que se realizan
con el objeto de “dominar” las fuerzas
ocultas y así orientarlas en beneficio
del mago.
La persona supersticiosa
cree que existe algo por encima de los
seres humanos, una especie de fuerza
oculta que puede no favorecerle, o
incluso castigarle, si realiza ciertos actos
que por lo tanto hay que evitar