Trastorno adquirido de la habilidad de cálculo
secundario a una lesión cerebral.
La pérdida de la habilidad para
calcular no suele ser total
La capacidad de cálculo debería considerarse más como un
conjunto de habilidades que como una habilidad única
Dada la compleja red de conexiones neuronales que participan en el cálculo, es posible que cualquier
lesión cerebral repercuta en esta capacidad. De la misma forma, alteraciones en esta habilidad
podrían ser un signo precoz de alarma de deterioros cognitivos.
Todas estas funciones cognitivas, se agruparían en:
sistemas de procesamiento numérico
Encargado de la comprensión y
producción de los números, tanto en la
forma oral como escrita.
Sistema de cálculo
Encargado de la comprensión y el recuerdo del
simbolismo y los principios matemáticos, así como de
la ejecución de los procesos numéricos.
Clasificación, según Hécaen
– Alexia y agrafia para los números: alteraciones de la escritura y lectura de los números.
– Acalculia espacial: implica un trastorno en la organización espacial, en el que las reglas de colocación de los dígitos en su orden y
en el espacio están alteradas. Se puede acompañar de otras alteraciones espaciales y son frecuentes las inversiones numéricas.
– Anaritmetia: Implica una alteración primaria de la habilidad para el cálculo. No supone un defecto aislado en los conceptos
numéricos y operaciones matemáticas.
Alteraciones locales del sistema nervioso
El lóbulo parietal izquierdo parece ocupar una posición central en el proceso del cálculo. Sin embargo, en la resolución
de los problemas matemáticos entran en juego otros aspectos, como el razonamiento, mediado por la corteza frontal,
y el procesamiento de la información auditiva y visual, mediado por los lóbulos temporal y occipital, respectivamente.
La acalculia por lesiones en el hemisferio derecho parece estar
relacionada con defectos visuoespaciales que interfieren en el
manejo espacial de los números y en los aspectos mecánicos de
las operaciones matemáticas.
En cualquiera de las localizaciones
descritas, la causa etiológica más
frecuente es el infarto isquémico. Sin
embargo, y aunque de forma mucho
menos frecuente, pueden producirse
cuadros de acalculia paroxística por
crisis comiciales, migrañas o
estimulación directa del lóbulo parietal
izquierdo