El cráneo es el esqueleto de la cabeza, una amalgama de componentes unidos para constituir una
formación esquelética.
Los componentes funcionales básicos incluyen el neurocráneo, que contiene el encéfalo y los oídos
internos, y el viscerocráneo, compuesto por las órbitas, las cavidades nasales y las láminas
portadoras de los dientes (procesos alveolares) de la cavidad bucal.
Aunque inicialmente hay un cierto grado de movilidad entre los huesos craneales, ventajosa durante
el parto, más tarde se fijan entre sí mediante articulaciones esencialmente inmóviles (suturas), que
sólo otorgan movilidad a la mandíbula.
Abundantes fisuras y orificios facilitan la comunicación y el paso de las estructuras vasculonerviosas
entre los componentes funcionales.
La sustancia ósea del cráneo está distribuida de un modo desigual.
Los relativamente delgados huesos planos (aunque la mayoría son curvados) proporcionan la fuerza
necesaria para mantener las cavidades y proteger su contenido.
Sin embargo, los huesos y los procesos del neurocráneo también proporcionan inserción proximal a
los potentes músculos masticadores que se insertan distalmente en la mandíbula.
Las elevadas fuerzas de tracción que se generan a través de las cavidades nasales y las órbitas, que
están interpuestas entre las inserciones musculares, se ejercen sobre porciones engrosadas y
resistentes de los huesos, que forman potentes pilares o contrafuertes.
La parte más superficial del cráneo proporciona puntos de referencia visibles y palpables. Las
características internas de la base del cráneo reflejan las principales formaciones del cerebro que
descansan sobre ella.
Las crestas óseas que irradian desde la silla turca o fosa hipofisaria, situada centralmente, dividen el
cráneo en tres fosas.
Los lóbulos frontales del cerebro están situados en la fosa craneal anterior. Los lóbulos temporales
se hallan en la fosa craneal media.
El rombencéfalo, compuesto por el puente, el cerebelo y la médula oblongada, ocupa la fosa craneal
posterior; la médula oblongada continúa a través del foramen magno, donde establece continuidad
con la médula espinal.
Paredes de la cavidad craneal
Las paredes de la cavidad craneal varían de grosor en las diferentes regiones. Suelen ser más
delgadas en la mujer que en el hombre, y también más delgadas en el niño y el anciano.
Los huesos tienden a ser más delgados en las áreas que se hallan bien cubiertas por músculos, como
la porción escamosa del hueso temporal
La mayoría de los huesos de la calvaria se componen de las tablas interna y externa de hueso
compacto, separadas por el díploe
El díploe es hueso esponjoso que contiene médula ósea roja en vida y conductos formados por las
venas diploicas. El díploe es hueso esponjoso que contiene médula ósea roja en vida y conductos
formados por las venas diploicas.
En el cráneo en seco el díploe no es rojo, pues las proteínas se eliminan durante la preparación del
cráneo. La tabla interna ósea es más delgada que la externa, y en algunas áreas sólo existe una fina
lámina de hueso compacto, sin díploe.
Los contrafuertes principales son el contrafuerte frontonasal, que se extiende desde la región de los
dientes caninos entre las cavidades nasal y orbitaria hasta la porción central del hueso frontal, y el
contrafuerte arco cigomáticoborde orbitario lateral, desde la región de los molares hasta la parte
lateral del hueso frontal y el temporal. De modo similar, los contrafuertes occipitales transmiten las
fuerzas recibidas lateralmente al foramen magno desde la columna vertebral.