siempre ha sido deseable educar a las personas para que por lo menos sean tolerantes con quienes
tienen un aspecto o comportamiento diferente. Si no podemos aprender a convivir con los demás, el
planeta pronto quedará despoblado. Quien posee una mente respetuosa es capaz de trabajar en
armonía con personas de distintas
EN QUE CONSISTE:
El ser humano tiende a crear grupos, a identificarse con los miembros de su grupo y a adoptar una actitud
cautelosa o claramente hostil hacia otros grupos sea cual sea su definición. Entre los grupos no existe la
confianza necesaria para cumplir compromisos de esta clase y en el fondo, quizá sea prudente que recelen
unos de otros. En lugar de pasar por alto las diferencias, de dejarnos inflamar por ellas o de intentar
aniquilarlas mediante el odio o el amor, invito a todos los seres humanos a que acepten las diferencias, a que
aprendan a vivir con ellas, a que valoren y respeten a quienes forman parte de grupos distintos del suyo.
Lo ideal sería que la responsabilidad de fomentar el respeto a las diferencias y de demostrar
públicamente ese respeto se distribuyera por toda la sociedad. Los padres y vecinos, los dirigentes
políticos y religiosos, los medios de comunicación populares y todo tipo de organizaciones sociales
deberían demostrar y recompensar este respeto. Incluso deberían premiar a quien muestre respeto
y aislar o penalizar de alguna forma a quien no lo haga. Pero no podemos contar con que este ideal
se acabe imponiendo.
ESTA MENTE ES ALGO MUY IMPORTANTE PARA LOS SERES HUMANOS Y SE DEBE ENSEÑAR DESDE LOS PRIMEROS AÑOS DE VIDA.