Aunque cada quien puede tener su propia definición de qué es el amor, biológicamente se le ha caracterizado como un fenómeno integral
que involucra nuestro cerebro y nuestros organos productores de hormonas, en el que participan varios mensajeros químicos, y que
incluye patrones conductuales, cognitivos y emocionales característicos.
DOS TIPOS
Amor de Pareja o Romántico
La Infidelidad y el "Amor por siempre", son temas que no pueden ser tratados
desde un punto de vista puramente biológico aunque guarden ciertas relaciones.
Intervienen, por tanto, otras opiniones de diversas áreas de estudio de la
conducta humana como la psicología o la psiquiatría para abarcarlo.
Estableciendo que contextos sociales, entornos, situaciones, nuestras acciones y
decisiones propias, también juegan un papel importante en lo que a esto
concierne. De forma que, por ejemplo, nosotros podamos, a través de nuevas
actividades en pareja, extender la sensación de plenitud al lado de la persona
amada.
Amor Filial (Maternal o Paternal)
Fundamentales para la
perpetuación y supervivencia de
nuestra especie: El romántico lleva
a la reproducción y el filial asegura
los cuidados adecuados para el
desarrollo de las crías.
Molécula del amor.
No existe una "molécula del amor" como tal, pero sí hay sustancias muy ligadas a los estados emocionales
que se presentan en ambos tipos de amor. Estas sustancias son algunas hormonas como la vasopresina y
la oxitocina; neurotransmisores como la dopamina y la serotonina; y los opiáceos endógenos (relacionadas
con la sensación de placer y reducción de dolor) como las endorfinas y las encefalinas.
El amor y las emociones que este conlleva, no provienen del corazón como se cree, sino de actividad cerebral: del Sistema Límbico. Hay, por ejemplo, algunas regiones
cerebrales involucradas en el amor, como el hipotalamo para el deseo sexual. Además, cuando se ama, se activan regiones del cerebro relacionadas con emociones
positivas, mientras se inactivan zonas relacionadas con emociones negativas. El amor también modifica la producción de hormonas cambiando el estado de ánimo e,
inclusive, la percepción de la realidad. Algunos estados moderados de estres y ansiedad son benéficos para la salud, y se manifiestan cuando estamos enamorados; por
ejemplo, en la sudoración de las manos.