Cuando se evalúa en el marco del enfoque conductista se parte del
supuesto de que todos los alumnos son iguales, por lo tanto, todos
reciben la misma información.Se evalúan generalmente de la misma
manera, con los mismos instrumentos y pautas establecidas para
calificarlos.
La evaluación se centra en el producto, es decir, en las ejecuciones mecánicas de las acciones
repetitivas sin dar cabida a la reflexión sobre la conducta ejecutada, las cuales deben ser
medibles y cuantificables y el criterio de comparación a utilizar para su valoración son los
objetivos establecidos.
La evaluación centrada en el logro de los objetivos ha hecho del examen (oral
o escrito) la herramienta por excelencia para medir la cuantía de aprendizajes
(conocimientos) que el alumno demostrará como evidencia de su rendimiento
o capacitación.
La evaluación tiene como propósito recoger los resultados finales del proceso
y valorar la eficacia del mismo en función de los porcentajes de obtención de
los objetivos prefijados.