celebrada en Río de Janeiro en Brasil del 3 al 14 de junio de 1992
Fue predecesora de la Conferencia sobre el Medio Humano (Suecia, 1972) y fue celebrada veinte
años después
participo el Gobierno y 178 países
Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo», que aclara el concepto de desarrollo
sostenible
Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo
sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza. »,
(Principio 1) « Para alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente debe ser parte
del proceso de desarrollo y no puede ser considerado por separado ». (Principio 4)
Maurice Strong fue el secretario general
la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD) que
popularmente es conocida como Cumbre de Río o de la Tierra.
Aproximadamente 400 representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) estuvieron
presentes, mientras que más de 17 000 personas asistieron al Foro de ONG celebrando
paralelamente a la Cumbre.
La sección III del informe de la Conferencia de Río, destacó el papel de los diferentes actores en la
aplicación del desarrollo sostenible: mujeres, jóvenes y niños, los pueblos indígenas, las
organizaciones no gubernamentales, autoridades locales, sindicatos, empresas, investigadores y
agricultores.
La Conferencia fue la oportunidad de adoptar un programa de acción para el siglo XXI, llamado
Programa 21 (Agenda 21 en inglés) que enumera algunas de las 2500 recomendaciones relativas a la
aplicación de los principios de la declaración.
Tiene en cuenta las cuestiones relacionadas con la salud, la vivienda, la contaminación del aire, la
gestión de los mares, bosques y montañas, la desertificación, la gestión de los recursos hídricos y el
saneamiento, la gestión de la agricultura, la gestión de residuos. Incluso hoy, el Programa 21 es la
referencia para la aplicación del desarrollo sostenible en los territorios.
La Conferencia de Río fue también testigo de la aprobación de la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático, que afirma la necesidad de reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero que condujo a la firma en 1997 del Protocolo de Kyoto. También fueron
ratificados en la Cumbre, la Declaración de Principios relativos a los Bosques y el Convenio sobre la
Diversidad Biológica, que supedita el uso de la herencia genética mundial a una serie de condiciones
y presenta un primer nivel en este ámbito.