El incremento del saber, que
permite comprender mejor las
múltiples facetas del propio
entorno, favorece el despertar de
la curiosidad intelectual,
estimula el sentido crítico
y permite descifrar la
realidad, adquiriendo al
mismo tiempo una
autonomía de juicio
el conocimiento es múltiple e
infinitamente evolutivo, resulta cada vez
más utópico pretender conocerlo todo;
por ello, más allá de la enseñanza básica,
la idea de un saber omnisciente es
ilusoria.
aprender a hacer
El significado simple que tenía
cuando se trataba de preparar a
alguien para una tarea material
bien definida, para que
participase en la fabricación de
algo.
Los aprendizajes deben, evolucionar y
ya no pueden considerarse mera
transmisión de prácticas más o menos
rutinarias, aunque éstas conserven un
valor formativo que no debemos
desestimar.
Aprender a vivir juntos, aprender
a vivir con los demás
La actual atmósfera competitiva
imperante en la actividad económica
de cada nación y, sobre todo, a nivel
internacional, tiende además a
privilegiar el espíritu de competencia
y el éxito individual.
De hecho, esa competencia da lugar a una guerra
económica despiadada y provoca tensiones entre
los poseedores y los desposeídos que fracturan
las naciones y el mundo y exacerban las
rivalidades históricas.
Es de lamentar que, a veces, la educación
contribuya a mantener ese clima al
interpretar de manera errónea la idea de
emulación. ¿Cómo mejorar esta
situación?
La experiencia demuestra que, para disminuir
ese riesgo, no basta con organizar el contacto
y la comunicación entre miembros de grupos
diferentes (por ejemplo, en escuelas a las que
concurran niños de varias etnias o religiones).
En cambio, si la relación se establece en un
contexto de igualdad y se formulan objetivos y
proyectos comunes, los prejuicios y la
hostilidad subyacente pueden dar lugar a una
cooperación más serena e, incluso, a la
amistad.
Aprender a ser
Todos los seres humanos deben estar en condiciones, en
particular gracias a la educación recibida en su juventud, de
dotarse de un pensamiento autónomo y crítico y de elaborar
un juicio propio, para determinar por sí mismos qué deben
hacer en las diferentes circunstancias de la vida
la función esencial de la educación es conferir a
todos los seres humanos la libertad de
pensamiento, de juicio, de sentimientos y de
imaginación que necesitan para que sus
talentos alcancen la plenitud y seguir siendo
artífices, en la medida de lo posible, de su
destino.
El siglo XXI necesitará muy diversos
talentos y personalidades, además
de individuos excepcionales,
también esenciales en toda
civilización
Por ello, habrá que ofrecer a niños y
jóvenes todas las oportunidades y
experimentación -estética, artística,
deportiva, científica, cultural y social.
que completarán la presentación atractiva
de lo que en esos ámbitos hayan creado las
generaciones anteriores o sus
contemporáneos.