La motivación es el impulso que nos mueve a la acción; tiene dos funciones: una dinámica y otra
directa.
¿Cómo funciona? Como ya hemos comentado existen gran cantidad de variables que actúan
conjuntamente condicionando la respuesta motivacional de una persona. Para comprenderlos mejor,
se clasifican en dos grandes tipos:
FACTORES EXTERNOS: Aquellos relacionados con el contexto en el que se desenvuelve, como el
ámbito familiar, escolar (como el ambiente de la clase, la personalidad de los docentes,…),
reforzadores (recompensas), etc.
FACTORES PROPIOS DE LA PERSONA: Aquellas características psíquicas que nos definen a cada uno, y que
nos diferencian de los demás. Generalmente se clasifican en tres tipos: • Afectivos (Nuestra dimensión
emocional y los sentimientos) • Personalidad (Autoestima, autoconcepto) • Cognitivos (Inteligencia,
habilidades, expectativas)
¿CÓMO AFECTA AL ESTUDIO? La motivación afecta directamente sobre nuestro rendimiento al realizar
cualquier tarea, como puede ser el estudio. En este caso la motivación se relaciona con la curiosidad, el
deseo de aprender. Para conseguir buenos resultados académicos, es imprescindible que el alumno
mantenga una buena relación con el aprendizaje, ya que si se convierte en un castigo, el fracaso estará
asegurado tarde o temprano.