El
mexicano
usa
máscaras
para
proteger
su
intimidad,
está
encerrado
en la idea
de que
puede ser
rechazado
o lo vean
con
diferencia,
para que
no les
hagan
daño, más
sin
embargo
no le
interesa la
de los
demás. De
igual
manera la
mujer, su
máscara es
la que a los
demás les
conviene
ver.
El mexicano
puede
humillarse
pero nunca
"rajarse"
parte de
nuestra
forma de
pensar y
vivir. No
solo en
cosas
aventadas si
no en la vida
diaria. Aquel
que se rejas
es
considerado
como
persona que
no es capaz
de afrontar
los
problemas y
que no es
leal.
Las
máscaras
del
mexicano,
sus
mentiras,
reflejan
sus
carencias,
lo que
fuimos y
queremos
ser. En el
afán de
usar
máscaras y
ocultarse y
tratar de
ser algo
diferente
esto se
vuelve
costumbre.
Por miedo
a la
apariencia,
se vuelve
apariencia.
El
mexicano
no solo
disimula el
mismo, si
no
también
disimula la
existencia
de los
demás,
como se
menciona
en el
capítulo,
cuando
dicen no es
nadie.
Alguien se
vuelve
nadie pero
siempre
está
presente.
El machismo,
los mexicanos
creen que una
mujer vale
menos solo
por el hecho
de que ellas
demuestran.
Se les respeta
a la madre y
se les tiene
mucho amor y
honor, pero a
la persona no.
Se vive así
mientras se la
ofensa a una
madre es
imperdonable,
a la persona
no se le ve así.
La doble
moral
abunda, el
mexicano
siempre ve
lo que le
conviene,
es muy
visto que
un hombre
puede
hacer algo
y se le
aplaude
mientras
que a la
mujer no,
se le
critica, el
machismo.