2.1 La Alta Edad Media: Los siglos de abandono occidental
(siglos V-XI) Se caracteriza por su escasa originalidad en contraste con la Filosofía árabe de este mismo periodo de
evidente retroceso intelectual. Sus aportaciones se podrían resumir en dos aspectos.
a) La labor de recopilación del saber antiguo, favorecida por la unificación religiosa
de Occidente y su consiguiente cohesión social.
b) El renacimiento de Carolingio, durante el siglo IX, y la
creación de escuelas superiores.
Esta atonía en el Occidente Europeo contrasta con el esplendor cultural que vivió el Oriente Islámico y la España musulmana. en efecto, en esa inmensa área que conformó el Imperio
Islámico se produjeron avances filosóficos y científicos de extraordinaria relevancia. Así esta lengua se convirtó en el instrumento aglutinador de una cultura nacida en Bagdad y
prontamente extendida hacia Oriente y la España peninsular.
Hay que mencionar la aportaciones de la cultura escrita en árabe en dos núcleos diferentes:
por una parte, el Oriente Islámico, durante los siglos IX y X ; y por la otra, la Españ musulmana,
durante los siglos XI y XII.
2.2 La Baja Edad Media: El crisol del pensamiento filosófico cristiano
(siglos IX y X) Supuso un renacimiento cultural, en comparación con la etapa anterior. Este periodo está dominado por dos corrientes filosóficas. Por un lado la Escolástica,
tanto de inspiración cristiana como de índole árabe; y, por otro, la filosofía positivista de origen anglosajón.
a) La Escolástica: heredó de Aristóteles el interés por el estudio de la
Metafísica. Con Tomás de aquino al frente, se escindió en tres grandes ramas:
-La psicología racional, cuyo objeto era el
estudio del alma.
-La teología racional, que tenía por objeto la
demostración de la existencia de Dios.
-La cosmología racional o teoría del mundo y la materia.
Si algo caracterizaba a los metafísicos desde Parménides hasta los escolásticos, pasando por Platón, Aristóteles y tantos otros, es
que cada uno de ellos decía cosas distintas e incluso contradictorias de las que sostenían sus predecesores.
b) La filosofía positivista: Organizó toda una contienda contra los metafísicos para intentar que imperara
una filosofía de orientación empírica.
Quien inició esta tendencia hacia la experiencia fueron dos franciscanos, Roberto Grosseteste (1175-1253) y su
alumno Rogerio Bacon (hacia 1214-1292), para quienes la experiencia constituía la única vía para alcanzar
conocimientos verdaderos.
Esta tendencia hacia un pensamiento empírico tuvo en otro franciscano, Guillermo de Ockham. Su principio es
la llamada navaja de Ockham. o principio de economía metafísica, que suele enunciarse así: los entes no deben
multiplicarse sin necesidad.
Según tal principio, en la realidad y el conocimiento que se posea de la misma no debe admitirse aquello que no
sea necesario, ni cabe nada cuya existencia no pueda probarse o demostrarse.