Filósofo inglés, la más destacada figura del evolucionismo filosófico. Fue el primogénito y el único
superviviente de los seis hijos de William George y Harriet Holms.
De salud precaria, poseyó, en cambio, una mente lúcida, una voluntad tenaz y un espíritu
intolerable en cuanto a autoridad y dogmas.
Recibió la formación de su padre y su tío -ambos maestros-, y, en particular, de sus experiencias y
lecturas personales. Cuando joven, no quiso frecuentar la Universidad, y ya anciano y famoso,
rechazó siempre los numerosos honores y nombramientos que las instituciones docentes y
académicas intentaron ofrecerle.
Situado entre el metodismo de su madre y las simpatías de su padre hacia los cuáqueros, se
manifestó independiente; y así, permaneció ajeno a vínculos políticos y profesionales, y ni tan sólo
quiso doblegarse al del matrimonio.
Adversario del imperialismo en política y del socialismo en sociología, cuando participó en aquélla
-como ocurrió en 1842- lo hizo en sentido democrático. Su formación resultó esencialmente científica
y técnica
sin embargo, en juzgar acerca de ellos, ingenuamente seguro de sí mismo, rasgo que en él fue algo
congénito; de ahí sus pasmosas apreciaciones sobre Rafael, Wagner, Homero, Platón.
En 1844 estuvo empleado un mes en la redacción de The Pilot, de Manchester, y se ocupó, por
primera vez en serio, de metafísica y psicología después de leer el Sistema de lógica de Mill y la parte
inicial de la Crítica de la razón pura de Kant
En 1848 ingresó en la redacción de The Economist; tal circunstancia marcó el fin de su labor en la
ingeniería y el principio de su actividad de escritor y filósofo. Por entonces había publicado ya
diversos panfletos en los que propugnaba una limitación radical de la esfera de intervención del
Estado en la sociedad, a partir de una interpretación individualista del evolucionismo.
En 1848 ingresó en la redacción de The Economist; tal circunstancia marcó el fin de su labor en la
ingeniería y el principio de su actividad de escritor y filósofo. Por entonces había publicado ya
diversos panfletos en los que propugnaba una limitación radical de la esfera de intervención del
Estado en la sociedad, a partir de una interpretación individualista del evolucionismo.
En 1850 apareció la Estática social, obra que despertó cierto interés y orientó decisivamente a su
autor hacia la vocación filosófica. En 1853 abandonó su trabajo en The Economist y renunció a
cualquier otro empeño para dedicarse exclusivamente a la elaboración de su sistema de filosofía
sintética
como misión propia, establecer una interpretación racionalmente
sistemática del mundo, apoyada en una base científica, y dio una
muestra de ello en los Principios de psicología
Firme en el propósito que le inducía a ofrecer al positivismo la concepción sintética del mundo que
todavía le faltaba, Spencer empleó treinta y seis años en esta empresa tenaz, que llevó a cabo
incluso a través de dificultades económicas y perturbaciones de la salud.