La historia cuenta que a la Guadalajara colonial llegó un hombre muy rico de Europa, quien todas las
noches salía vestido de negro y con una actitud misteriosa. Se llamaba Don Jorge. Cada que salía
aparecían animales muertos, pero éstos se empezaron a convertir en humanos. La gente asustada
decidió salir en busca del causante, cuando, cerca del Panteón de Belén, escucharon gritos. Era Don
Jorge, atacando con la boca el cuello de un hombre. La gente lo persiguió, pero él logró huir, así que
el cura de Guadalajara lo fue a buscar a su hacienda, para hacerle un exorcismo. El Vampiro juró
vengarse de todos, cuando alguien le clavó una estaca en el pecho. Al morir, lo enterraron en el
mismo Panteón de Belén. Pero lo extraño sucedió cuando un árbol empezó a crecer justo por encima
de la lápida de Don Jorge, misma que se rompió. La leyenda dice que el día que el árbol sea
derrumbado o que las raíces rompan por completo la lápida, Don Jorge, el vampiro, regresará a llevar
a cabo su ve
Ciudad de México
El fantasma de la monja.
María de Ávila, quien vivió en el siglo XVI, se enamoró de un mestizo de apellido Arrutia, quien quería
casarse con ella por su dinero y status social. Los hermanos de María, Daniel y Alfonso se enteraron
de lo que estaba pasando y se opusieron rotundamente a que ese matrimonio se llevara a cabo, así
que le prohibieron a Arrutia ver a María. Al principio él se negó, pero los hermanos le ofrecieron
mucho dinero que él aceptó para marcharse. Se fue. Sin ninguna explicación a María, quien cayó en
una profunda depresión. Dos años estuvo así, hasta que sus hermanos decidieron enclaustrarla en el
Antiguo Convento de la Concepción, donde se la pasaba rezando y pidiendo por él. Un día, no pudo
más con el dolor y se ahorcó en un árbol de duraznos en el patio del convento. La enterraron allí
mismo y un mes después de su muerte, su fantasma empezó a aparecer por las noches, reflejándose
en las aguas del convento cuando alguna de las novicias o monjas se veía el rostro. Desde entonces
se
Veracruz.
La Mulata.
Cuentan que hace muchos años, en Córdova, existió una mujer misteriosa, porque vivía aislada del
trato social y no se conoció su procedencia. Se dice que era huraña porque su belleza era tanta que
cuando salía a la calle, era víctima de habladurías. Se le conocía también porque usaba hierbas para
hacer curaciones maravillosas y por predecir sucesos naturales, como temblores y hasta por
conjurar tormentas. Esa fama empezó a inquietar a los habitantes de Córdova, quienes la empezaron
a acusar de bruja. Todos parecían obsesionados con ella, pero el alcalde era el principal. Su nombre
era Martín de Ocaña, un hombre ya de edad que le confesó su amor y le ofreció hasta "las perlas de
la virgen", con tal de que ella estuviera con él, pero la mulata no accedió. Don Martín, despechado y
desairado, la acusó de haberlo hecho tomar un brebaje para que perdiera la razón. La mulata, a la
fuerza, fue llevada a la Fortaleza de San Juan de Ulúa, donde fue juzgada y castigada a morir
quemada en
Guanajuato.
El callejón del beso.
El callejón del beso. Es conocido por todos, porque apenas mide 68 centímetros de ancho, por lo que
los balcones de las casas están casi pegados. La leyenda de este lugar nace del amor prohibido de
una pareja de enamorados, Carlos y Ana, quienes se citaban clandestinamente en uno de sus
balcones, para demostrarse su amor. Un día, el padre de ella los descubrió y se opuso por completo
a ese amor, al grado de matar, ahí mismo, al enamorado. Otra versión de la historia indica que la
asesinada fue Doña Ana, quien murió después de que su padre le enterrara una daga por la espalda.
Don Carlos, al ver la muerte inminente de su amada, besó su mano aún tibia, de ahí el nombre de
este lugar. Hoy en día, se dice que las parejas que se den un beso en el tercer escalón, tienen
garantizados 7 años de felicidad. Ritual obligado para las parejas que visitan Guanajuato.
Xochimilco.
La isla de las Muñecas.
En De10.mx, ya hemos hablado de la leyenda de esta particular isla que se encuentra en el Valle de
México. La gente cuenta que Don Julián Santana, un hombre que vivía en una chinampa, empezó a
recolectar muñecas que se encontraba por doquier, para "espantar al espanto". Y es que se cuenta
que cerca de su chinampa, murió una niña ahogada, quien solía asustar a Don Julián, así que él, en
ofrenda de paz, le regalaba las muñecas para que juegue con ellas. A lo largo de muchos años
coleccionó miles de muñecas, entre las que él encontraba y le regalaban. Don Julián murió, solo. Y
ahora dicen que es él quien de repente se aparece a cuidar de sus muñecas. Lee la historia más
detallada aquí. No te pierdas de conocer la Isla de las Muñecas dando un paseo en trajinera por los
canales de Xochimilco.
Estado de México.
La Llorona.
La historia cuenta que una mujer indígena tuvo un romance con un hombre español; relación de la
que nacieron tres hijos, a quien ella atendía devotamente. Pero, el padre de ellos, no parecía estar
muy contento con la relación, pues cada que ella buscaba formalizar, él se negaba. Pasó el tiempo y
él se terminó casando con una damisela española. Ella no pudo con lo sucedido y perdió la razón.
Aquella mujer indígena se dirigió al Lago de Texcoco y ahí ahogó a cada uno de sus hijos, para luego
suicidarse ella. Desde entonces, se dice que se escucha el lamento de una mujer joven que viene del
lago; dicen que grita por sus hijos y que se puede ver que es una mujer vestida de blanco y delgada
que deambula sin rumbo hasta esfumarse de nuevo en el lago.
Michoacán.
La mano de la reja.
Se cuenta que en la ciudad de Morelia, en la calzada de San Diego, existe una casa donde llegó a vivir
Don Juan Núñez de Castro con su esposa Doña Margarita Estrada y su única hija, Leonor, pero sólo
de Don Juan, pues Margarita era su segunda esposa. Mujer que constantemente humillaba a Leonor,
quien tenía una belleza inigualable. Un día, a Morelia, entonces Valladolid, llegó un noble de la corte
del Virrey, quien en un paseo conoció a Leonor y se enamoró, pidiéndole permiso para cortejarla. Ella
aceptó y se vieron en una ventanilla del sótano de la casa, donde Leonor dormía porque su
madrastra no quería que mostrara su belleza en ningún lugar. Así pasaron los días de romance, hasta
que Doña Margarita los encontró y cerró toda ventana, dejándolos sin comunicación. Pero él no
sabía qué había pasado porque tuvo que salir corriendo a asuntos del reino. Nadie sabía que Leonor
estaba prisionera. Los días pasaron y ella seguía encerrada. Buscando comida para mantenerse para
su amad
Zacatecas.
La piedra negra.
Dos ambiciosos amigos Misael Galán y Gildardo Higinio, decidieron que querían hacerse ricos y
fueron en busca de una mina, que se encontraba por la cordillera que separa al municipio de
Vetagrande de la capital Zacatecana. Durante cinco días buscaron, hasta que encontraron una cueva
de aspecto extraño, a la que se acercaron y donde hallaron una roca brillante semienterrada. Lo que
les llamó la atención y se pusieron a escarbar cerca de ella, pues pensaban que era oro. Lograron
sacar la roca y se acostaron a descansar. Al día siguiente, los jóvenes fueron encontrados muertos. El
acta de defunción dice que perdieron la vida en una riña entre ellos mismo. Se cuenta que fue la
ambición la que acabó con ellos, porque al final la piedra no tenía ningún valor. La gente cuenta que
quien se encuentra con ella, se vuelve agresivo y ataca sin razón aparente. Y es que la piedra servía
para afilar cuchillos, lo que muchos hicieron, antes de transformarse en seres violentos. Ante la caót
Oaxaca.
La princesa Donaji.
El rey Zapoteca Cosijoeza y la reina Coloyocaltzin, tuvieron un hijo llamado Cosijpi, a quien mandaron
a gobernar el Istmo de Tehuantepec, donde tuvo una hija llamada Donají. En esos tiempos, había
guerra entre los zapotecas y los Mixtecos, quienes tomaron a la princesa como rehén de paz. Pero
cuando se vieron amenazados, la decapitaron. Nunca dijeron dónde había puesto la cabeza. De ahí
se generó la duda: ¿dónde está la princesa Donaji? Le leyenda cuenta que un pastor se encontraba
cuidando sus animales en lo que hoy se conoce como San Agustín de las Juntas (cerca del aeropuerto
internacional de Oaxaca), cuando encontró un lirio silvestre, flor que se conoce como Azucena, el
cual decidió arrancar desde la raíz. Al momento de cavar, se dio cuenta de que había una oreja hasta
ver la cabeza humana completa, que se dice permanecía intacta. Era la princesa Donají. Su cabeza y
su cuerpo se juntaron y fueron llevados al templo de Cuilapam.
Guerrero.
La leyenda del candil.
Cuenta la leyenda que todo esto ocurrió en la Costa Grande de Guerrero. Una mujer había juntado
sus monedas de oro para visitar al papa en el Vaticano. En ese entonces, no había muchos
transportes y la mujer tenía que caminar por la orilla de la playa hasta llegar a Acapulco; tardaría un
día y medio. El día de su partida llegó y a las 4 de la mañana, sin luna en el cielo, salió guiándose por
la espuma del mar y un candil de petróleo. Pero nada de lo que había planeado resultó, porque
cuando iba caminando, unos hombres la atracaron, la robaron y la mataron. La mujer no logró su
cometido y se dice que ahora se pasea por la costa con un candil. Esto ocurrió entre Carrizal y Mitla.