La función de una composición debe resolverse en la unidad, es decir, en
una armonía viva y total entre lenguaje y signo, entre contenido y forma.
Ley de la armonía
Un diseño es armónico cuando hay un cierto equilibrio, una relación positiva
entre líneas y masas. La armonía de color es a menudo el factor clave del éxito
de un diseño.
Ley de la variedad y el interés
Su presencia consiste en la necesidad de crear un interés que, a su vez, tiene su
razón de ser en la mismo variedad que provoca la novedad de la composición.
Ley del resalte y la subordinación
La ley del resalte exige, pues, que en cada composición haya un
elemento dominante, según el significado y la finalidad de la misma
composición.
Ley del contraste o del conflicto
Un elemento se distingue del resto por su singularidad, por ser especifica. Un
objeto puede contrastar con otros por color, forma, tamaño, cualidades
intrínsecas del propio objeto..