proceso que se propone analizar, entender o
evaluar la manera en la que se organizan los
conocimientos que pretenden interpretar y
representar el mundo, en particular las
opiniones o afirmaciones que en la vida cotidiana
suelen aceptarse como verdaderas.
El desarrollo del pensamiento crítico,
estrechamente ligado a la expansión de
conocimiento, requiere de los siguientes
tres factores:
Tendencia a los pensamientos críticos.
Acceso a contenidos críticos.
Entornos para practicar el conocimiento crítico (en sus dos tipos, conocimiento en sí y conocimiento
como instrumento para contribuir a la mejora de la vida).
Tener un pensamiento crítico no significa llevar la contraria a todo el mundo o no estar de acuerdo
con nadie
un pensador crítico es capaz,
humilde, tenaz, precavido,
exigente. Además de tener una
postura libre y abierta, por ello un
pensador crítico comienza a
destacarse en su medio y a ser
reconocido por sus aportaciones,
pero todo se conforma a lo largo
del tiempo con una debida
experiencia.
El pensamiento crítico es una habilidad que todo ser humano debe desarrollar ya que tiene
cualidades muy específicas y que nos ayudan a resolver problemas de una mejor manera, nos hace
más analíticos, nos ayuda a saber clasificar la información en viable y no viable, nos hace más
curiosos, querer saber e investigar más acerca de temas de interés. Cuando se desarrollan este tipo
de habilidades, también se desarrollan muchas otras capacidades del cerebro como la creatividad, la
intuición, la razón y la lógica, entre otras.