Esta relación que el Poder establece con detenido, o con el hombre al que ha confinado en el
manicomio, es claramente una relación de exclusión. Entonces, el Poder es la Razón que ve, la Razón
que controla, la Razón que domina. Bueno. Esta Razón que controla, que ve, que domina, que
instrumenta a los hombres.
Esta Razón, que incluso -atención a esto que es muy fascinante en Foucault- que incluso desarrolla
las Ciencias Humanas, no para conocer al hombre, sino para conocerlo y dominarlo mejor -esta es
una idea brillante de Foucault- Las Ciencia Humanas no pretenden estudiar al hombre. Lo quieren
estudiar para conocerlo y dominarlo mejor. Entonces, el Poder tiene una capacidad enorme,
gigantesca.
El Poder tiene el poder de imponer la verdad. Usted me dirá: "¡La verdad es una!". Bueno, podemos
decir cosas más extremas: "La verdad es la verdad revelada de Dios". Bueno. Usted ya sabe que
estamos en Filosofía. Y en Filosofía, como dice Heidegger, Dios queda aparte. Porque sino nos
respondería todas las preguntas. Pero las tenemos que responder nosotros los pobres seres
humanos que estamos aquí.
En última instancia, la que le hace ganar más dinero. Porque el objetivo de el Poder es o dominar o
ganar más dinero. También dominar para ganar más dinero. El dinero sigue siendo una mercancía
que hace mover a este mundo. Como decía Sally Bowles, Liza Minelli, en Cabaret: "Dinero, dinero,
dinero hace caminar al mundo". En consecuencia, el Poder tiene que imponer esa verdad suya y
sofocar las otras verdades a través de todos los medios posibles: diarios, canales de televisión,
radios, y teatro, cine... Todo lo que pueda conquistar para penetrar en la consciencia de los sujetos y
sujetarlos, como va a decir Foucault: "Sujetar al sujeto". Esta es la meta del Poder.