Napoleón desarrolló una política expansionista en Europa. En 1804 se hizo
coronar emperador y Reino Unido logró resistir a su dominio europeo. Sin
embargo, nuevos fracasos frenaron sus planes:
En España, la invasión napoleónica
provocó la Guerra de la Independencia,
que estimuló la guerra de otros
pueblos.
Las tropas francesas sufrieron una gran derrota en Rusia.
Una nueva coalición
absolutista derrotó a
Napoleón en Leipzig en
1813.